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    Historias de Artemisa 4

    Cont. Artemisa

    los balcones y azoteas de todos los edificios colindantes. Era una de las mayores concentraciones de vampiros jamas habidas, la mayor que yo he visto nunca y jamas volvere a ver. Ante nada dejenme presentarme. Si han prestado atencion al relato que Silvia, mi querida niña, se habran dado cuenta que esta historia carece fundamentalmente de sentido. Muy bien, los vampiros existimos y todo ese estupido rollo, por supuesto que existimos, pero nunca ningun escritor mortal ha sido capaz de describirnos en toda nuestra armonia y belleza. Pero Silvia no es una narradora apropiada para ese tipo de historias, mas bien no es adecuada para relatar ningun hecho. Nunca se le ha dado bien, y nunca entrara entre sus posibilidades, aprender a hacerlo.

    Mi nombre es sencillo, y en eso Silvia tenia razon, no es mi nombre original. He cambiado muchas veces de nombre. Durante este ultimo siglo se me ha conocido como Manuel, y es el nombre que mi pupila uso para describirme. Pero tambien he tenido otros nombre, aunque no viene al caso decirlos ahora.

    Estoy aqui para terminar con esto, para acabar con lo que empezo la majadera de Silvia. Sabia muy bien las normas, pero nunca me hizo caso. Ni a mi ni a nadie. Si ella quisiera podria estar ahora mismo gobernando el aquelarre, o haciendo cualquier otra cosa. Pero no. Ella queria morir, y tambien queria llevarsenos a todos por delante.

    Pero continuar�. De todos los rincones posibles salen vampiros. Son una gran manada que viene hacia mi, con intencion de hacerme acompañarlos. No quiero ver como matan a mi hija. Pero debo verlo si quiero terminar con lo empezado.

    Estamos subiendo, silenciosamente, no tiene porque enterarse nadie.

    Esperemos que Silvia tambien piense que debemos hacer todo esto en silencio. Ojala no oponga mucha resistencia. No quiero que se eternice el trabajo, aunque yo no trabaje en el sino como un simple narrador.

    Lo bueno de esas “reuniones” de vampiros es que siempre hay gente nueva, que necesita ser instruida. Si cuando cree a Silvia la hubiera llevado a una de esas “juntas” vampiricas, no hubiera salido tan rebelde.

    Si bien no estamos hablando de mi relacion con ella, sino de las consecuencias de su acto. Y de nuestra reaccion. Debo contar lo que esta ocurriendo, tienen derecho a saberlo, ya que han leido el relato con tanta pasion. Tal vez parece que no se sobre lo que estoy hablando, pero tengan por seguro que no es asi. Como ya sabran, los poderes de los vampiros no son siempre los mismos. Y aumentan con la edad. Algo que nunca Silvia llego a entender era que habia poderes que ella no tenia.

    Si, es fuerte, pero no tiene todos los poderes. Uno de los poderes que ella no tiene es la telepatia, o sea mover cosas con la mente.

    Fue con ese “poder” por el cual estn abriendo la puerta de entrada al apartamento.

    La vampira esta sentada en un sillon. De cara a la puerta, pero mirando al suelo. Pensaba en montañas, impidiendo asi el paso de sus sentimientos al exterior. Nadie puede leer su mente, pero ella a la nuestra si.

    Muy inteligente de su parte. Eso me demuestra que no esta dispuesta a dejarse matar tan facilmente. Era fuerte, mucho mas que algunos de los vampiros alli presentes. Y eso les esta haciendo perder confianza en si mismos. Yo no puedo ayudarles, mi “verdad” me lo impide. ¿Cual es mi verdad? No creo que sea justo matar a un semejante, y mas si ese compañero es asi por mi causa.

    Reconozco que no soy muy buen narrador, ya lo he dicho antes, pero soy el unico dispuesto a no matar a Silvia, y me ha tocado el trabajo de contar las cosas tal y como yo las veo. Reconozco, tambien, que no podre ser del todo objetivo. Lo reconozco y lo aviso. Intentare ser mas imparcial, aunque no prometo nada. El primero en actuar es un vampiro viejo, muy sabio, con cara de niño. Se acerca a la proscrita.

    Uno frente al otro, dos niños mirandose a los ojos como solo dos personas curtidas por la edad pueden mirarse.

    Ella no permite la entrada a sus pensamientos. el tampoco se queda atras. Han cerrado, ambos, su mente completamente.

    Estaban en un estado de concentracion absoluta.

    -¿Que hiciste? -dice el, con la voz dura y fria que siempre lo ha caracterizado.
    -¿Acaso tengo que darte explicaciones? -dice ella con el mismo tono. -Te has puesto en peligro tu… Y a todos nosotros. ¿Sabes que ocurriria si algun mortal se cree tu estupida historia? No sabes nada sobre esto, nada, aun no has tenido tiempo de aprender una gran cantidad de cosas que necesitas. ¿Por que has hecho esto, por que has revelado tu historia?
    -¿No tengo derecho a hacer lo que quiera?- responde ella con otra pregunta. El vampiro la mira con cara recia. Cualquier mortal que vea esta escena debe pensar que cualquier momento empezaran a tirarse de los pelos. Son dos vampiros convertidos muy pronto, ambos con caras infantiles e inocentes, pero vampiros al fin y al cabo, y mortalmente peligrosos, como solemos ser los vampiros.

    Suena tan extraño. No se si los mortales que puedan leer esto entenderan lo que quiero decir. O sea, casi no lo entiendo yo, ¿por que los mortales tienen que entenderlo? Pero ellos son los que lo leen, que no culpen a este sencillo narrador.

    Silvia se levanta, y se acerca hasta el joven vampiro. Se pueden tocar, estan juntos, casi rozandose. No puedo oir desde aqui lo que dicen. Tendre que acercarme mas. Silvia repara en mi presencia, somos muchos y aun no habia tenido tiempo de analizarnos a todos. Se queda mirandome, ya nada tiene sentido, ¿que estoy haciendo yo aqui? Le mando un mensaje, no se si me prestara atencion.

    Concentrate le digo concentrate.

    Ya no existo en su cabeza, ya soy otro vampiro mas. Tan importante como una mota de polvo. Mejor asi, no quiero perderla, y menos a mano de un par de vampiros imbeciles. Con actitud felina le habla al joven, y a la vez anciano, vampiro. Sus palabras son sencillas, pero con ideas claras, y precisas, muy normal en ella. Nunca ha destacado por una gran inteligencia, pero algo es cierto, es mas fuerte, mas inteligente, ahora que hace diez años.

    Unos cuantos vampiros se estan marchando, parece que esperaban una rendicion por parte de Silvia, pero no.

    Al no ser asi, el espectaculo ha perdido la emocion… Con cada vampiro que se marche, mas posibilidades de salir victoriosa tiene Silvia. La puerta se esta abriendo, mi “hija” no se da cuenta de ello, esta muy preocupada con su rival. Ademas no es la primera vez que ocurre, pero si es la primera vez que alguien entra, y no sale.

    La recien llegada es alta, muy alta. Rubia, con el pelo atado con una cinta. Una belleza, mortalmente bella. Sus ojos azules lucian en su cara como dos oceanos, infinitos. Se acerca a mi. Sabe quien soy, al menos lo supone. Me pone la mano en el hombro. Estoy seguro, no solo supone quien soy, lo sabe con certeza, ¿tan fuertes son los lazos entre Silvia y yo, que una vampira de menos de trescientos años puede descubrirlos?

    ¿Sabes quien soy?

    No, la verdad es que no.

    La vampira sonrie.

    Oh, Atahualpa, si que me conoces, pero no me recuerdas. Soy Artemisa, una insignificante vampira europea.

    Artemisa, estoy en presencia de la maravillosa, y famosa Artemisa.

    Siempre, todo aquel que la hubiera conocido, decia que era la vampira mas fascinante, inteligente y agradable que habian conocido.

    Al parecer ella sabia todo sobre todos, pero no sabia lo que los “jefes” no debian saber, no sabia que eramos distintos. Nunca he sabido porque no debian saberlo, pero era asi, eran las normas predispuestas hacia mas de 2000 años.

    ¿Por que estas aqui, si se puede saber? Pregunto. Me siento algo incomodo contando esto, ahora que ella esta aqui.

    Tanto tu como yo tenemos una “amiga” dijo mirando a Silvia que ha hecho mucho por nosotros. A ti te ha salvado de la muerte, al menos por unos siglos mas, a mi me ha alegrado un poco mi monotona vida.

    No tengo muchas ganas de contarle cosas sobre Silvia a Artemisa. Sobre todo porque contar el final de la historia que Silvia ha empezado, est� de mi parte. No quiero que por lo que ella se ha arriesgado tanto permanezca oculto por mas tiempo.

    Concentremonos en ella, en Silvia. Esta hablando con el “maestro”, ya lograba entenderla, ya la oia…

    -…acaso he puesto en peligro a algun vampiro? Creo que no. Ningun vampiro se vera afectado por mis declaraciones. ¿O si?

    El vampiro se queda pensando en la afirmacion de mi compañera. el se esta dejando vencer, esta bajando las guardias, en cuanto Silvia pueda entrar en su mente habra ganado. Y ganar es lo que ella desea, no le apetece nada morir, mas por miedo a lo que le pase a su relato, que lo que le pase a ella misma. -¿Creiste que poder asustarme con unos cuantos vampiros?- dice ella con el mismo volumen, el mismo tono, levantando las manos como si señalara a mis compañeros. Mira toda la habitacion, cuando su vista se posa en mi, le mando un pequeño guiño, sabe que estoy de su parte… Aunque deberia ser completamente imparcial.

    Creo que aun no sabe que Artemisa esta aqui. Espero que no lo sepa. No es que dude de sus capacidades de concentracion, pero hay que tener cierto cuidado, sobretodo si esta en peligro la vida de Silvia.

    -Nunca he querido asustarte, esa no es mi intencion. Solo quiero que te arrepientas, y que me pidas perdon por lo que has hecho.
    -¿He hecho algo? ¿Por que tengo que pedirte perdo�n a ti, si tu no tienes nada que ver conmigo?
    -Pones en peligro la vida de los vampiros, y… ¿Tienes la desfachatez de preguntar que que has hecho?
    -Creo no haberte puesto en peligro a ti.
    -Has puesto en peligro a todos los vampiros. Si algun mortal llega a creer tu estupida historia, y empieza a buscarnos, terminara encontrandonos.
    -Estoy harta de seguir siendo solo un espiritu, revelemonos. Somos mas fuertes que esos mortales estupidos. Podriamos tenerlos bajo nuestros oscuros influjos -dijo ella casi gritando.
    -Tu eres muy joven como para saberlo… -dijo el vampiro, mirando hacia otro lado.
    -¿Para saber que?
    -Antiguamente los hombres estaban sometidos al mandato de los vampiros.
    Antes de la epoca de los faraones, en el norte de Europa. Los consideraban dioses, era los dioses de la noche. Pero, como suele ocurrir con todos los reinados, desaparecio, bajo el poder del pueblo. ¿Tu te consideras fuerte, pequeña? No eres mas que una vampira que se considera inmortal, pero moriras, como moriremos todos, aunque lo mas probable es que no dures mas de un siglo.
    -¿Acaso eres tu alguien capaz de decirlo? ¿Quien decide que vampiros son fuertes o quienes debiles? ¿Lo decides tu, por casualidad?

    El atacante se queda callado. No habia pensado una respuesta para una pregunta de ese estilo. Pero era verdad, era una posibilidad.

    -Cuando me dieron esta vida -dice Silvia, sin las suficientes fuerzas como para nombrarme, -nadie me dijo que tenia que pasar un examen de destreza, o que tenia que sobrevivir pensando en el posible examen de valentia que podian hacerme.
    -Hay cosas que es mejor aprenderlas sobre la marcha.
    -¿Sobre la marcha? ¿Consideras que estoy aprendiendo esto sobre la marcha? -dice Silvia enfadada.
    -Ya lo has aprendido, y no es un pensamiento que no te vaya a servir, como la mayoria de lo que sabes… Asi que puede ser considerado un aprendizaje sobre la marcha.

    Silvia se queda callada. Ahora era ella la que no tenia respuestas.

    No estaba sorprendida, para sorprender a Silvia hay que hacer algo mas que unas palabras bien expresadas.

    -Cada vez te quedan menos seguidores. ¿Que vas a hacer si te dejan todos? A¡tacarme tu solo?

    Decir eso es una imprudencia por parte de Silvia. Va ha conseguir que el vampiro se enfade mas de lo que esta. Aunque tal vez no sea tan malo. Si se enfada queda la posibilidad de que baje sus defensas… Y esa es la unica oportunidad que le queda a mi hija.

    -Siempre hay vampiros fieles… Y esos seguidores, como los llamas tu, volveran.
    -¿Cuundo volveran? ¿Por que estas tan seguro de que volveran?
    -Estamos hablando sobre ti. Olvida todo lo demas, y a todos los demas. Tu eres el motivo de esta reunion.
    -Por supuesto, yo -dijo ella en tono ironico-. ¿Y si soy culpable que? ¿Me mataras con la poca gente que te queda?
    -No te pienso matar. Porque tu ya estas muerta, querida. Ademas, si tuviera que matarte, me valgo yo solo -dice el, no quiere admitir que de los pocos que quedamos, muchos estamos en “punto muerto” ni a favor ni en contra de Silvia.

    Muchos estan aqui solo por el posible espectuculo.

    Silvia estaba separ�ndose del vampiro, pero sin darle la espalda. No porque estuviera asustada, para nada, sino para poder sentarse.

    -¿Te importa que ponga musica? -dice Silvia.
    -Tu final esta cerca, muchacha, asi que no me vengas con chorradas.
    -¿No decias que no pensabas matarme?
    -No te voy a matar, no pienso hacerlo. Tu misma acabaras con tu vida, cuando comprendas lo que has hecho.
    -Pero, ¿que he hecho? Por favor, explacamelo.
    -Has revelado nuestra historia.
    -¿A un simple mortal, que siquiera se llevo lo narrado?

    No entiendo que quiere decir Silvia con eso, solo espero que no meta la pata.

    -Me niego a creer que tras pasar horas oyendote, no llevase la historia de su vida.

    Silvia se levanta y coge unas hojas de papel, todas escritas. -Mira, aqui esta mi historia. Aqui esta lo que le conte al anciano.

    Aqui esta “nuestra historia”.

    El vampiro se la arrebata de las manos. Tal vez no sea muy estupido lo que Silvia esta planeando, tal vez tenga algo de suerte, y su atacante no se de cuenta del truco.

    Con gesto interesado empieza a leer la historia. Sus manos pasan sobre las hojas a una velocidad imposible para un mortal, aunque yo podria leerlo mas rapido aun. Cuando llega mas o menos a la mitad, para.

    Al parecer nada le hace sospechar. A lo mejor incluso lo que Silvia esta haciendo no es una trampa, tal vez es verdad. Puede que el anciano incluso no se haya llevado el relato. Aunque si conozco la mitad de bien que creo a Silvia, es una trampa. El vampiro se esta acercando a mi compañera. Esta rompiendo los papeles.

    -Pero -dice Silvia, intentando parar al maestro.
    -Ya estamos en paz -dice mientras suelta los papeles-. Procura no volver a hacer una cosa asi, la proxima vez no sere tan blando.

    Parecia un regaño a una niña pequeña. No lo vuelvas a hacer, lo tipico. Siempre se dice eso.

    Todo ha acabado. Muchos de los vampiros que quedaban, que solo estaban alli por el espectaculo, estan asombrados, nunca habian sospechado que todo pudiera terminar de esa forma. Bueno, ni ellos, ni nadie lo hubiera imaginado. Pero ya estaba. El vampiro estaba saliendo del apartamento. El sol estaba a punto de salir, con lo cual muchos de los vampiros alli reunidos tendrian que guarecerse de sus peligrosos rayos. Ya esta todo a acabado. No lo puedo creer.

    Publicación September 29, 2021
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