El Proceso
La niebla es densa sobre el bosque.
-¡JOANA AF ARCUS!
Lo grita, aunque ella está justo delante de él y los demás miembros del tribunal. Acaso Jacere Bella quiere hacer un efecto tremebundo con su manteo rojo, la insignia del road. Y es verdad que parece Sesteorra con su cara aguileña y sus pálidas muñecas.
A su lado derecha está Cornu Capere, a su izquierda Gurle. Al lado de él está la reina Ebbian.
-¿El hombre no se tendría que elevar de la tierra redonda con las alas
de El que le dio vida? -continua Bella, y Cornu le da la razón, pálido,
respirando con dificultad. Fader menea la cabeza en una nube de pelo
blanco como un pollito recién empollado, y Ebbian muele con las
mandíbulas.
-¿El hombre no se tendría que elevar de la tierra redonda, Joana
Arcus? Así escribe Mattuc, para quien apareció Sevengran durante cuatro
días. Eso es lo que el dios ha dicho al oído del profeta. ¿Tú crees
esto, Joana?
-¿Si creo qué?
Capere interrumpe con una pequeña sonrisa.
-¿Si crees que la tierra es redonda?
-Mis deliberaciones anteriores indican lo contrario.
-Lo contrario … -dice Gurle con énfasis.
Joana alza mirada hacia él.
-La tierra es plana, sen. Plana, es cosa resuelta, descontada y sin
chispa de duda si me pregunta a mí, sen.
-¿El profeta Mattuc miente, por lo tanto? -pregunta Jacere.
-¡El profeta Mattuc se equivoca, sen, de eso estoy convencida!
-¡O sea que Sevengran se equivoca!
Capere vuelve a interponerse.
-Pero Joana, si todo el mundo sabe que la tierra es redonda. Es
demostrado. ¿Acaso no vimos la nave de Axia Dufa, sumergiéndose
lentamente en el horizonte como bajaba de la esfera y fue invisible
para nuestros ojos?
-Sancire Mary se hundió en aguas profundas pocas horas después de haber
zarpado del puerto. Era eso lo que vimos.
-¡Pero no hemos encontrado ningunos restos del naufragio!
-Nadie los ha buscado.
Cornu menea la cabeza.
-O sea, que afirmas que la tierra es plana como una tabla. ¿Pero qué
hay debajo de la tabla?
-Nada, sen. Tanto como no hay nada encima de la bóveda celeste.
-La bóveda celeste…
-Yo creo que la bóveda celeste, sen, es un hemisferio guarnecido por
dentro con pequeños cuerpos luminosas, es decir el sol, la luna y las
estrellas…
De repente, Jacere Bella se levanta. -¡Esto es blasfemia! El espacio es infinito. ¡En su Dialegesthai, Gealla ha demostrado que el sol y las estrellas son piedras incandescentes!
Capere le hace un señal para hacerle callar. Luego pregunta: -Joana,
¿no comprendes cuánto daño puede causar esta doctrina si será conocida?
-Es la verdad…
Capere hace un gesto al oír la palabra. -La verdad - la verdad no
siempre es - lo más sano para el hombre. Tu doctrina minará toda la
autoridad de la Iglesia…
-¡Esto es la obra de Monssuno! -grita Gurle.
…¿no lo ves? El mandato del dios al hombre es la humildad, humildad
frente a las profundidades del universo. Somos infinitamente pequeños.
Pero tu concepto del mundo hace que el hombre es inmenso, lo convierte en alguna clase de Dios en un universo limitado que domina por completo.
Entonces, el hombre no dirá a sí mismo: ¡Mirad, soy grande! Para qué me sirve la iglesia? ¿Para qué me sirve Dios?
Y una vez que haya empezado a pensar así, no pensará: ¿Por qué voy a hacerle caso a mi prójimo? ¿Si no hay nadie para castigar, ni nadie para premiar?
¿No ves que tu doctrina, Joana, es el ateísmo más ingeniado, es hostilidad contra el Estado, un llamamiento a la revolución y al asesinato?
-¡Pero es la verdad!
-Bien puede ser la verdad. ¡Pero créeme, ser pequeño en un universo
grande es mejor para el hombre que lo contrario!
Joana alza la mirada hacia las enfurecidas caras. Entonces dice: -Todos
estáis equivocados. Capere Cornu, sen, con todo respeto: ¿Qué es el
resultado de vuestro concepto del mundo?
¿Si acaso Seweorold no ha quebrantado el barco de Axia Dufa, qué pasa
si éste circumnavigue la tierra y vuelva a las costas de Typtein?
¿Entonces no iréis a buscar a otros reinos en este globo?
-Aprenderemos de otros pueblos. Coexistiremos con ellos en comprensión
mutua. Aceptaremos su forma de vivir y no les impondremos la nuestra.
-Muy bien.
¿Pero cuando todos los países del mundo estén explorados?
¿Entonces no aprenderéis a volar, no sólo en el espíritu, como os
enseño Sevengran, sino en la carne?
¿No iréis en busca de otros globos en el infinito universo que habéis
inventado?
¿No averiguaréis qué fortuitos son los acontecimientos que han
inspirado al cachito de polvo al que llamamos la Humanidad?
¿No os convertiréis en miles de millones de niños, berreando,
arremolinando entre el universo y la nada?
¿Qué crees tú, Capere Cornu, que el hombre pensará de su vida, y cómo crees que lo va a consumir cuando ya no es el arquitecto y gobernador del mundo, sino un insignificante insecto en una desconocida despensa?
¿No la malgastará, lleno de aburrimiento y aborrecimiento? ¿No la malgastará en guerras disparatadas sobre afirmaciones disparatadas?
¿No renunciará a comprender y dominar el mundo, no hará un círculo estrecho en torno suyo, muchísimo más estrecho que la Bóveda Celeste y la tierra plana, tan estrecha como la distancia de su cama a su ventana?
Y cuando lo que ve a través de la ventana le resulta incomprensible, no acabará cansándose de eso y cubrirá su ventana, o la traerá para dentro, en el comedor, así que sólo podrá ver en ella su propio empapelado?
¿No habrán hombres que ganarán su pan fabricando imágenes de ensueño que él verá por su falso vidrio?
¿No empezará a hablar de manuscritos y papeles en vez de vida y mundos? ¿No empezará a hablar de “papeles del hombre y de la mujer”, “papeles del grupo” y “papeles heroicos”, como si la EXISTENCIA fuera un juego de niños en vez de una sangrienta, viva realidad? ¿Acaso no se perderá y morirá entre sus réplicas? ¿El mundo no será destruido, pulverizado? Primero intentará amar la mujer desnuda en el vidrio. ¡PERO ES CRISTAL! Luego sentirá compasión por las víctimas de guerra y niños hambrientos de continentes lejanos. ¡PERO ES CRISTAL, CRISTAL, CRISTAL!
¡Matadores, asesinos, puercos, vosotros que quitáis el hombre del hombre, la vida de la vida, el mundo del mundo! ¿Cuál de vuestros dioses os tendrá que perdonar la iniquidad que hacéis contra el hombre?
Coged al hombre como un grano de polvo y tiradlo en vuestro infinito universo como uno puede tirar un trapo que es demasiado sucio. ¡Dadles ilustración! ILUSTRACIÓN, sen, dadles ilustración … Llevadme a la hoguera. Aquí está la tierra; Aquí estoy yo, de pie en ella, no puedo hacer otra cosa y es plana.
Hay silencio. Capere se queda callado. Parecía incluso más cortado que lo habitual. Jacere da vueltas a un dedo en una trenza, Gurle ha desaparecido por completo en su velloso nido.
Joana Af Arcus alza la mirada hacia el tribunal.
Entonces dice: -¿Por qué estoy hablando a vosotros? ¡Si no sois más que una vieja baraja!
-¡Cortenle la cabeza! -grita la reina.
Pero ha desaparecido.
Extracto del libro:
“Den 33. Marts”
(El 33 de Marzo) Traducido por
Carsten K. Agger COPYRIGHT ©
Erwin Neutzsky-Wulff and Borgens Forlag
1977