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    Guerreros

    Por: Bernardino Anguiano García (NINO)
    INTRODUCCIÓN

    Hola, ustedes al leer estas líneas, esperan leer un cuento de horror, pero este relato, es más que un cuento, es un hecho real, un testimonio, ¡Oh, guerreros imbatibles, que destino tan cruel es su mísera vida!. Antes que nada me voy a presentar ante ustedes lectores, mi nombre es Bernardino Anguiano García al que todo mundo conoce como NINO, un coleccionador de cuentos, profesionista, empleado de una buena empresa, trabajador, honesto, una buena persona… ¡Pero no siempre fui así!.

    En mi juventud la vida era una eterna aventura. Guerra entre pandillas, atracos, drogadicción (esa maldita enfermedad enviada por el demonio e implantada por sus secuaces. Pero gracias a Dios que supimos dejarla a tiempo) eran las actividades negativas que realizaba al lado de mis amigos. Pero también estaban las positivas: superación personal, deportes, entrenamiento, convivio, etc.

    En la colonia Esmeralda de Guadalupe, Nuevo León (En México) fue donde crecí y donde disfruté la mayor parte de mi niñez y juventud. Esta colonia tenía una de las mejores pandillas de la ciudad. En esta pandilla (Que también orgullosamente formé parte) había una persona llamada Gerardo al cual apodaban La Hormiga. Él me confió lo que a continuación les voy a relatar, una parte de su viva voz y otra a través de su alma, mucho después de fallecer. Aún recuerdo ese día, el día más glorioso de mi existencia, cuando su espectro se plasmó ante mí… ¡Por poco me muero del susto!, pero una vez que me explicó su razón y la conclusión de esta historia, y cuando se desvaneció ante mis ojos, estos se llenaron de lagrimas de emoción. Espero que lo tomen con la seriedad que el caso amerita y haga conciencia en todos nosotros el sacrificio de su mortal vida.

    I

    -¡Kerubiel!, ya están listos los guerreros que partirán a su preparación final.
    -Gracias Miguel, deja le aviso a nuestro padre.
    ¿Cuándo será el día de la batalla? Pensaba Miguel, mientras sus ojos veían a su hermano alejarse. Mi hermano Kerubiel es el que pasa más tiempo con mi padre, el cual le confía muchos de sus planes… ¿Sabrá él, el día?
    -¡Padre! Miguel ya tiene listos los nuevos guerreros para su preparación final, solo espera tus ordenes, para enviarlos.
    -Gracias hijo, dile a Gabriel que este atento a mi señal, en cuanto le vea, que avise a Miguel para que partan los guerreros.
    -Enseguida Padre.
    Keribiel avisó a Gabriel de los designios de su Padre y luego fue en busca de Miguel para notificarle.
    -¡Miguel! En cuanto oigas la señal de Gabriel, es el momento propicio para mandar los guerreros a su preparación.
    -Gracias, hermano; ya están casi todos los guerreros preparados… Sólo falta éste y algunos otros contingentes más, para su preparación final; pero la mayoría, ya están preparados… Kerubiel… ¿Tú sabes qué día será la batalla?
    -No. Nuestro padre no me ha dicho nada al respecto… Una vez le pregunté y me dijo: Esta tan cerca el día… Pero la fecha exacta, solo él la sabe.
    -Ya quiero que sea ese día Kerubiel, quiero abrazar nuevamente a nuestros hermanos prisioneros.
    -Calma Miguel, yo también quiero a nuestros hermanos libres de su cautiverio, pero la impaciencia es una mala consejera.
    -No es impaciencia hermano, solo espero que ya sea el día, el día en que vuelva a desenvainar mi espada, para liberar a nuestros hermanos.
    Kerubiel sonreía al ver el ímpetu de su joven hermano, el también anhelaba el día, el día en que pelearían por la paz y convivencia fraternal.
    -Kerubiel, ¿Tú crees que todo vuelva a ser como antes, como debió haber sido? ¿Qué nuestros hermanos, una vez liberados, gocen de nuestra felicidad, de nuestro hogar, como si nada hubiera pasado?
    -Nuestro padre lo cree, yo también hermano.
    ¡¡¡PPPPrrrrruuuuuuuutttttt!!! Se escucho un potente sonido de trompeta.
    -Es la señal Miguel.
    -Sí. Luego hablamos hermano.
    Miguel se dirigió al ejercito de guerreros.
    -¡Listos guerreros! ¡Pongan su mayor empeño! ¡Aprendan!… ¡Listos para partir!
    ¡¡¡PPPPrrrrruuuuuuuutttttt!!! Se volvió a escuchar la potente trompeta
    -¡Ahora!

    II

    Todos iban muy nerviosos, el baile había terminado, regresábamos a casa, pero el hecho de estar en la Risca de la colonia Independencia, hacia que todos tuviéramos nuestra frente perlada de un sudor frío, bueno casi todos, La Hormiga se veía sereno, hasta medio fastidiado. De antemano sabíamos que era una colonia de lo más conflictiva, con numerosas pandillas, muy peligrosas, hasta la policía le iba mal si se aventuraba a traspasar sus dominios. Esta colonia estaba encumbrada en lo alto de un cerro, con sus calles sin pavimentar, angostas, oscuras, con numerosos pedruscos, calles que más bien parecían laberintos, ya que la mayoría terminaba en nada, callejones sin salida, eso eran esas calles, pasadizos secretos… En las puertas de las casas de madera o inclusive de cartón, se veía a personas tomando o drogándose, conviviendo en familia, padre, esposa e hijos, todos unidos por el alcohol y las drogas… Ese era nuestro panorama. Y ahí estabamos nosotros, caminando por sus callejones, diez jóvenes, de los cuales, nueve nos mirábamos unos a otros, como esperando una señal, una mirada, para salir despavoridos de ese lugar… Solo nueve nerviosos, porque La Hormiga se veía sereno, fastidiado, pero seguro de sí mismo.

    Todos íbamos bajando por las empinadas calles, cuando Pedro esbozó una sonrisa.

    -¡Hasta que salimos de esos malditos callejones! Aquí ya conozco… En caso de que nos topemos con alguna pandilla, nos vamos a dividir para ayudarnos mutuamente, Clemente conmigo, José Luis con El Nahua, Nino con La Hormiga, El Huerta con Gilberto, El Moco con Chuy. Y ya saben si su pareja esta en problemas hay que ayudarle, si hay que huir, están esa calle, aquella, esta, y esa otra… Todas van a dar a la Ave.

    Morones Prieto, ahí no reuniremos…

    La sonrisa de Pedro desapareció en unos instantes al voltear hacia abajo a unos 100 mts. Se observaban como cincuenta integrantes de una pandilla, al volvernos hacia arriba, aparecieron otros cincuenta, en las calles laterales otro montón de pandilleros… ¡Estabamos rodeados! Se escucharon unos silbidos y empezaron a acercarse hacia nosotros, y empezó a caer una tempestad de piedras… Corrimos hacia una casa, para refugiarnos de los pedruscos, Clemente derrumbó de una patada la puerta principal de la casa y todos corrimos hacía adentro, los habitantes de la casa estaban desconcertados, solo balbucearon ¿qu-qué pa-pasa?… El jefe de familia, a pesar de todo, se plasmó ante nosotros impidiéndonos el paso.

    -¿Qué quieren?… ¡No queremos problemas! ¡Largense de aquí!.

    Era un viejo, tendría unos cuarenta y cinco años, aunque se veía fuerte… Fue derribado de una patada por parte de El Huerta. Pasamos por un cuarto, en el siguiente había una puerta que daba hacía el patio, esa fue derribada por José Luis. Las personas de la casa gritaban histéricas que nos largáramos, que no les hiciéramos daño…

    ¿Daño? Si lo que queríamos era que no nos lo hicieran a nosotros. Ya solo restaba brincar la barda y otra casa y la calle posterior, nuestra salvación.

    -Ya saben dijo Pedro-. En parejas y no vemos en Morones Prieto.

    ¿En parejas? Pensé yo, ¿dónde chingaos estaba La Hormiga?… En eso mis amigos empezaron a brincar la barda. Los vi perderse. ¡Maldita sea!
    Tenía que volver, La Hormiga se había quedado afuera.
    Al regresar, el viejo de la casa ya se había recuperado y envalentonándose sujetó un cuchillo cebollero y se me enfrentó.
    -¡Maldito! Pagaras caro haber allanado nuestra morada.
    Las mujeres y los niños de la casa gritaban como endemoniados que no les hiciera daño, y le gritaban al viejo que no se me enfrentara. No tenía mucho tiempo, La Hormiga podría estar en peligro… El viejo lanzó el golpe con el cuchillo… Era muy lento… Lo esquivé fácilmente. Le di un fuerte golpe en el hígado con la mano izquierda, después un derechazo a la mandíbula y una patada lateral al pecho… El viejo cayó inconsciente ante el griterío histérico de su familia…

    Salí rápidamente de la casa. Al salir, vi a La Hormiga peleando con diez muchachos a la vez, siempre había pensado que Clemente era el mejor peleador, pero al ver como golpeaba, como esquivaba, como contraatacaba La Hormiga, ya tenía mis dudas; nunca me había fijado en cómo peleaba, hasta ese momento; se veía sereno, como si fuera un entrenamiento, esos entrenamientos que a menudo teníamos para mantenernos en forma. Uno a uno los rivales iban cayendo, y cayendo, pero apenas se deshacía de los primeros diez, ya estaban otros diez, estos volvían a caer y aparecían más, y así, sucesivamente… La Hormiga peleaba con una rapidez extraordinaria, tranquilo, golpeando, con pies y manos, sus facciones… Esas facciones no denotaban odio, ni esfuerzo; se veía sereno, disfrutando la pelea.

    Solo fue un instante, unos segundos… Entonces reaccioné y grité:
    -¡Aguanta Hormiga! ¡Ya voy en tu ayuda!
    ¡Ja! Valiente ayuda, en cuanto aparecí se vinieron hacia mí, unos diez integrantes de la pandilla rival, tire como cinco golpes, todos dieron en el blanco, tres contrincantes cayeron… Pero, ¡eran demasiados para mí!, pronto me vi en el suelo, y una llovía de patadas se dejaron sentir en mi cuerpo, por lo que me cubrí el rostro con ambas manos.

    Cuando de pronto, ya no sentí ningún golpe, y un fuerte tirón me puso de pie… Era La Hormiga que había venido a mi rescate, su cara reflejaba asombro.

    -¡No te fuiste con los demás! ¿Qué haces aquí? ¿Desde cuando estas aquí?…

    Sus preguntas fueron bruscamente cortadas por una fuerte patada en la mandíbula, la patada era de abajo hacia arriba del mentón, cualquiera hubiera caído, pero él… ¡Permaneció cómo si lo hubiera tocado una mosca! Con solo estirar su mano, el contrincante ya estaba de bruces.

    -¡Permanece detrás de mí! Me dijo-.

    En cuestión de minutos todos los contrincantes estaban sin sentido a causa de los golpes de La Hormiga, lo que vi fue increíble, se movía a una rapidez inusitada, parecía un remolino, un superhéroe sacado de una tira cómica. Al terminar, se me quedo viendo, tenía una mirada muy penetrante, al ver directamente sus ojos, sentí un escalofrío recorrer toda mi espalda.

    -Vamonos, varios integrante de esta pandilla se fueron a perseguir a nuestros amigos… Vamos a reunirnos con ellos, a ver como les fue.
    -Oye, ¿Cómo hiciste eso? ¡Peleas con madre! Nunca te había visto pelear así.
    -No es nada, vamonos.
    -¡Cómo que no es nada! Y la patada que te dio ese guey, ni la sentiste…
    -Después te explico, vamos a ver como les fue a los demás.
    Cuando llegamos los demás nos estaban esperando, -¡Ese Nino! ¿Cómo les fue? Preguntó Clemente-.
    -Bien. ¿Y a ustedes?
    -¡Nombre bato, con madre! Fíjate que al venir hacia acá, unos cabrones nos estaban correteando, unas calles más abajo, estaba otra pandilla…

    ¡Pensábamos que era nuestro fin!… Pero al ver que nos seguían que nos dicen: están bronqueados con esos gueyes yo les conteste que sí, ellos dijeron que también tenían problemas con esa pandilla y que nos iban hacer un paro. Ya con nuestros nuevos amigos, nos enfrentamos y les pusimos una recia, que pa´que te cuento. Después nos venimos muy despistados y los dejamos peleando entre ellos mismos, ¡jajaja, jajaja!… No entiendo cómo se pueden pelear entre pandillas de la misma colonia.

    -Eso, es porque es una colonia muy grande. Dijo Pedro-.
    -A lo mejor Contestó Clemente-. Que bueno que las pandillas de nuestra colonia están muy unidas..

    Todos regresamos a nuestra querida colonia muy contentos. Clemente y los otros, empezaron a contar a los demás la hazaña de salir vivos de la Risca de la colonia Independencia. Yo en cambio solo esperaba la oportunidad de estar a solas con La Hormiga, para que me explicara cómo le hizo para pelear, cómo le hizo para moverse tan rápido y para no sentir daño con los golpes del enemigo. La oportunidad se me presentó más tarde.

    III

    Clemente había contado cincuenta veces la misma historia, de cuando en cuando, le inventaba algo más; en la historia final, parecían superhombres que a sus contrincantes derrotaron con infinita facilidad.

    La Hormiga en cambio, solo se limitó a decir que tuvimos suerte al salir de ahí… ¡Que corrimos más rápido que ellos!… ¡Yo no podía creer toda la mentira que contaba con tal de no delatar su poder! Con el transcurso de tiempo, poco a poco se iban retirando nuestros amigos; al final solo quedamos La Hormiga y yo.

    Decidimos ir a las orillas del río Santa Catarina para platicar más cómodamente; los automóviles pasaban esporádicamente sobre el Puente Guadalupe, el anochecer era estrellado; al frente de nosotros, estaba el fantasma de La Fundidora, esa gran empresa que en un tiempo fue el símbolo de Monterrey y que ahora lucía abandonada; la gran mole de hierro e imponente construcción, fue mudo testigo de lo que ahí me relató La Hormiga.

    -Ahora estamos solos, dime cómo es que peleas de esa forma, ¿cómo le haces para que no te lastimen los golpes?.
    -No me lo vas a creer.
    -Inténtalo.
    -Esta bien, te lo diré… Todos los entrenamientos que realizamos, técnicas de lucha y demás cosas que practicamos… Son un juego para mí, no me divierten… Siempre he tratado de ocultar lo que soy, y lo he logrado hasta que tu me viste.
    -¿Lo qué eres? ¿Qué eres?
    -Ni yo mismo lo sé.
    -¡No te entiendo ni madres!
    -Mira, desde que nací, siento que soy diferente a cualquier persona.

    Siento cosas que los demás no sienten, veo cosas que las demás personas normales no ven, y realizó cosas, como tu viste, que otras personas no pueden hacer.

    -Si es verdad, pero… ¿Porqué?
    -No lo sé. Solo sé que soy diferente… ¿Has matado a alguien o algo?
    -No.
    -Yo si… Y se siente regacho… ¿Sabias que existen los vampiros, fantasmas, brujas y demonios?
    -No. Yo no creo en pendejadas.
    -No son pendejadas… En realidad existen… Solo que tu no los has visto.
    -¿A poco tu sí?
    -Así es, te digo que veo cosas que los demás no ven… Si te dijera que yo no duermo ¿me creerías?
    -¡No chinges! ¿No me digas que eres un vampiro?.
    -No hombre, no soy vampiro. Pero no duermo, cuando me acuesto y cierro los ojos para dormir, me transporto a otro lugar, otra época y ahí me entrenan a pelear… He aprendido todas las técnicas de lucha, cuerpo a cuerpo, con armas, y otras más. En mis sueños me han entrenado sacerdotes Shaolin, grandes samurais, he participado en varias guerras del pasado, me han entrenado los mejores caballeros de la época del Rey Arturo, Los mejores guerreros que han existido en diferentes épocas llegan a mis sueños a entrenarme. Sin salir de aquí, ya conozco todo el planeta, creo que le llaman viaje astral, o algo por el estilo…
    Siempre entrenando, cuando despierto, estoy tan cansado, por lo que doy por hecho que realmente entreno en otro lugar.
    -¿A lo mejor sueñas que entrenas?.
    -¿Y cómo te explicas que peleé tan bien? Me desplazo rápidamente, que tal pereciera que los demás se mueven en cámara demasiado lenta, puedo saltar demasiado alto, soy más fuerte que cualquiera… Además poseo ciertos poderes mentales, como colocar un escudo alrededor de mi cuerpo para que no sea dañado, puedo mover cosas con la mente, etc.
    -Oye, eres mejor que supermán.
    -Te burlas, pero te lo voy a demostrar… Aquí estoy… ¡Ahora no estoy!.
    ¡No lo podía creer, desapareció!
    -¿Dónde estás?
    -Acá arriba del árbol.
    -¿Cómo le hiciste?
    -Ya te dije… Soy diferente… En este caso, salté hacia este árbol…
    Muy rápido para tus ojos.
    -¿Hay mas seres como tú?
    -No lo sé. Una vez creí encontrar uno, pero resultó ser un vampiro.
    -¿Y que pasó?
    -Lo maté.
    -¿Porqué?
    -Porque él me quería matar, fue en una ocasión en que fuimos a visitar a unos familiares a Dr. Arroyo. Estaba aburrido y salí a pasear…
    Cuándo sentí apenas una ráfaga de aire, y por instinto estiré la mano para cubrirme y lo golpee.
    -¿Era de noche?
    -No. Eran como las cuatro de la tarde. Al verlo pensé que era uno como yo, pues se movía muy rápido y era muy fuerte… Pero su intención era morderme el cuello. Y arremetió contra mí, a una gran velocidad… Tuve que moverme lo más rápido que podía para poderlo esquivar. Volvió arremeter contra mí, pero esta vez lo golpee en la cabeza con una patada. El se sorprendió y me dijo Quien eres yo le dije: un humano como cualquier otro, pero más fuerte y veloz. Pude leer su mente, Él fue convertido en el año 1503 y ya había matado a más de un millón de personas.
    -Yo también lo hubiera matado, ¡Malditos engendros diabólicos!
    -No Nino, no tienen nada de diabólicos, son seres dignos de compasión, ellos que culpa tienen si otros los convierten sin su consentimiento, y a estos otros, otros igualmente los convirtieron sin su consentimiento, y así sucesivamente… ¿A poco el león es malo por matar personas? El león busca su alimento… Así también estos seres.
    -Tienes razón, pero no me gustaría ser su alimento… ¿Qué pasó después?
    -Él sabía que era superior… Él quería que le quitara el sufrimiento para siempre… Lo leí en sus ojos. Así que cumplí sus deseos… Salté sobre él con mi mayor velocidad posible, puse mis pies en sus hombros, le sujeté la cabeza con mis manos, y… Pobre como aullaba, era escalofriante, un aullido espeluznante, cuando sabe que esta el fin cercano… Él quería morir pero a la vez se aferraba a la vida… Un fuerte tirón de mis piernas y manos, y su cabeza se desprendió, terminando con su sufrimiento.
    -¿No le clavaste una estaca en su corazón?
    -Esas son supercherías. Pero te digo, no lo disfruté… Al contrario me sentí y aún hoy me siento muy mal por esa persona.
    -Esta cabrón…
    -Y eso no es todo, todas las noches veo y hasta platico con fantasmas. -¿En serio? ¿Y no tienes miedo?
    -Es en serio. Y si supieras cuanto sufren esas personas, tampoco te daría miedo… Son personas que no querían o no estaban preparadas para morir, se aferran mucho a esta vida, a algo que les preocupa mucho, como un familiar desamparado, en algunos casos se aferran a sus bienes materiales… ¡Pobres gentes! No saben que si se atreven a traspasar el túnel les espera la felicidad.
    -¿Cuál túnel?
    -Cuando mueres, debes pasar el túnel que separa la dimensión de esta vida, con la del valle de la antesala… En este valle, se te juzga, si eres bueno vas al cielo, si eres malo al infierno, si eres más o menos esperas en tu tumba, como si fuera un sueño el día del juicio final. Pero estos fantasmas no lo saben o no lo creen, y prefieren quedarse en el túnel, sufriendo, pueden venir a este mundo (Algunos, los que tienen las facultades para hacerlo) en forma de espíritu, pero sufren porque los humanos no los ven o no les hacen caso.
    -Pero, hay fantasmas malos… ¿Esos que onda?
    -No hay fantasmas malos… ¡Los que te hacen un desmadre! ¡Esos son demonios!… Y los hay de varias clases, unos inferiores o como comúnmente se les conoce Los desmadrosos y otros superiores, con estos si hay que tener cuidado, porque estos si te pueden matar.
    -Y tú ¿cómo sabes todo eso?
    -Unas cosas me lo han dicho los fantasmas, otras las personas que me entrenan cuando duermo y otras las he visto.
    -¿Y porqué me dices todas estas cosas?
    -¡Tu me lo preguntaste!
    -Si, pero debes ser más reservado… Con esos poderes, no puedes contarle a cualquiera tus habilidades.
    -Como quiera, nadie te va a creer.
    -Tienes razón… Gracias amigo, por confiar en mí.

    IV

    La Hormiga se fue de la colonia, su padre había conseguido un buen trabajo en la ciudad de Sonora, así que, él y su familia se cambiaron para allá. No tuve más contacto con él, hasta que años más tarde recibí una carta suya, en la cuál me felicitaba y me deseaba lo mejor… Ya saben, todo los pormenores que se escriben en una carta. Pero lo interesante es lo que le sucedió en todo ese tiempo, al terminar de leer, no pude más que admirarlo y hasta envidiarlo… En la carta, él me contó lo siguiente:
    Un amigo me había invitado a una fiesta de quinceaños de su hermana, la fiesta se celebraría en su casa, una hermosa finca, que quedaba a cuatro kilómetros de distancia de mi casa, en la cual se interpone un hermoso valle con algunas lomas, muchos arboles, y bella vegetación.

    Para llegar a la finca de mi amigo nos fuimos en su carro (Por carretera esta más retirado, como una hora de camino, ya que rodea todo el valle).

    La fiesta estuvo muy amena, al terminar, mi amigo se ofreció a llevarme, pero estaba muy tomado, por lo que preferí venirme a pie por el valle, que calcularía me tardaría alrededor de cuarenta minutos.

    Al adentrarme en el valle, sentí una ráfaga de aire helado, los cabellos de la nuca se me erizaron… Aún no sabía el motivo, pero presentía peligro. Al ir avanzando empezó a bajar una niebla vaporosa y densa, el aire estaba más helado, mis sentidos estaban alerta, de pronto un aullido resonó a lo lejos, y se oía la carrera de un perro o lobo, a lo lejos apenas divisaba como se iba moviendo la hierba mientras este animal iba corriendo, se movía muy veloz, demasiado veloz para ser lobo, se movía en zigzag, de pronto lo perdí de vista.

    Continué mi camino, la oscuridad era más cerrada, y la niebla no dejaba ver absolutamente nada. De pronto escuché algo que se arrastraba a gran velocidad, y hacia unos ruidos escalofriantes… Después silencio.

    Continué mi camino, de pronto sentí trepidar la tierra, los sonidos eran tan cercanos y tétricos, en ese momento vi una luz que pasó cerca de mí, tuve que agacharme para que no me tocara y al levantar la cabeza, otra luz pasó rápidamente y se posó en un árbol cercano a mi persona. Me acerque con cautela y lo que vi me dejo perplejo… ¡Era una lechuza! ¿Cómo es posible que un animalejo de esos se mueva tan rápido?.

    -¿Qué haces en mis dominios? ¿No te dijeron que era peligroso pasar por este valle? dijo la lechuza-.

    Me quede atónito, aún no comprendía nada… Salvo que… ¡Si, era una bruja! ¡Ya los antiguos maestros me lo habían advertido!… Era la primera vez que tenía a una bruja enfrente mío…

    -¿Qué pasa estúpido? ¿Te comieron la lengua los ratones, cabrón? ¿Oh tienes tanto miedo, que estas paralizado? Hijo de tu pinche madre.
    -¡Cállate bruja! Ya me lo habían dicho, que en este valle había brujas… Pero quería verlo con mis propios ojos.
    -¡Te vas a arrepentir, hijo de tu pinche madre! ¡Jamás debiste traspasar mis dominios, hijo de puta!
    -¡Yaaa!, ¡Yaaa! Para tu maldita lengua… ¿Qué no puedes hablar como las personas decentes?
    -¡Mira cabrón lambeguebos, eres un hijo de puta! ¡Tu madre se acostó con su compadre, el borracho cabrón! ¡Tú no eres hijo del que crees es tu padre! ¡Eres un hijo de tu puta madre y de un borracho cabrón!
    ¡Jaja, jaja!
    No pude aguantar más insultos y me abalancé sobre el animalejo con la intención de torcerle el pescuezo, con un movimiento rápido llegue a la copa del árbol donde se encontraba el ave infernal, pero al llegar…

    ¡ya no estaba!.. Entonces escuché su maldita voz chillona del árbol vecino.

    -¡Eres rápido, pero muy lento para mí, cabrón! ¡Jajajaja!
    ¡Maldita, es muy veloz! Mi madre una vez me dijo como atrapar una bruja, era rezando un rosario y a cada Ave María, hacer un nudo al rosario, lo cual hace que la bruja quede amarrada con un cordón invisible y poderoso; al terminar el rosario, la bruja cae totalmente indefensa y amarrada por el cordón invisible. Pero había un problema…

    ¡Yo no traía ningún rosario!… Así es que voy a tener que utilizar toda mi velocidad para arrancarle el pescuezo a esta maldita ave.

    -¡Jajaja, jajaja! ¿Qué pasa putito? ¿Eres joto, cabrón? Se te nota en la cara. Te voy a dar lo que quieres putito, ¡Jajajaja! ¡Eres un putito hijo de tu pinche y puta madre! ¡Jajaja, jajaja!

    Esta vez me abalance lo más rápido que podía… ¡Demasiado tarde! Al ir llegando a mi destino, vi con horror, como se transformaba de lechuza en gigantesco lobo… No podía detenerme, había tomado demasiado impulso… Me tomó fácilmente del cuello con sus fauces, en el aire, me dio dos tirones, mi cuerpo se balanceaba aferrado solo mi cuello de las fauces de la bestia… Luego me aventó contra otro árbol con tal fuerza que lo partí en dos. Si no es por el campo de fuerza mental que rodea mi cuerpo, estaría muerto… Pero aún así, me sentía adolorido.

    -¡AAAhhhh! ¡Maldito! ¿¿¿Porqué no mueres??? ¡Ve a chingar a tu madre, porqué me fastidias! ¡Ve a chingar a tu madre! dijo la bruja en su forma de lobo-.

    Apenas me estaba recuperando, cuando se me abalanzó nuevamente a una Velocidad relampagueante, pero esta vez estaba preparado, con un movimiento rapidisimo, la agarré del cuello, pasé mi brazo alrededor del cuello y empece a presionar… El animal se retorcía, me provocaba rasguños con sus pezuñas, pero gracias al escudo no me dañaba. Presioné con más fuerza, podía sentir su traquea… Al fin era mía.

    En eso estaba cuando sufrió otra transformación, se convirtió en mujer… Mi brazo seguía presionando su cuello que se resistía… Solo era cuestión de minutos para que tronaran sus huesos… De pronto en todo su cuerpo le salieron unas púas enormes… Si no fuera por el campo de fuerza seguro me agujeraba el brazo, pero estas púas se partieron por la presión… Un poco más de fuerza y todo terminaría.

    -¡AAGGGG! ¡Piedad! ¡Por favor, aggggg! ¡Eres muy superior a mí, ten piedad de esta pobre mujer!… ¡Agggg! Tengo hijos a quien cuidar y alimentar… ¡Perdóname, agggg! ¡Te juro que voy a ser una buena madre! ¡Por favor, me matas… Aggg! ¡Hijos míos perdónenme! ¡¡¡Mis hijos, lindos!!! ¡Cuánto los quiero! ¡Aggg!
    -No lo podía creer lo que estaba haciendo, pero sentí tan sinceras sus suplicas… Solté un poco la presión.
    -¡Te lo juro, seré una buena madre! ¡Tengo un niño de 3 años y una niña de 1 año! ¡Te lo juro por la vida de mis hijos! ¡Pieedaaad!

    ¡No podía matarla! ¡No podía dejar huérfanos a unos inocentes niños!… ¡La solté!… Cayó de espaldas… Vi su rostro, era espantoso… No tenía ojos… No había cuencas vacías, solo piel, es cómo si nunca tuviera ojos, es como si tuviera una frente tan amplia que le llegaba a la nariz… Los antiguos me habían dicho que las brujas usan unas frases malditas para sacar sus ojos y tener la habilidad de mutación y para tener el don de volar; pero que, aún de carecer de este sentido, podían ver mejor que cualquiera, ya que veían con los ojos de la mente. Pero al verla detenidamente, se veía que era hermosa, con la salvedad de los ojos… Cuando se puso de pie, pude ver una figura que sería la envidia de cualquier mujer… Se dio vuelta y empezó a llorar…

    -Agggggiii, agggiiii, jiiii, jijiji.
    -¡Espero que cumplas lo prometido y seas una buena persona de aquí para adelante!
    -jijiji, ¡Jijiji, jijiji! ¡Jajajaja! ¡jajajaja! Estúpido maricón, ¡Jajaja, jajaja! ¡Ahora si me hiciste enojar, hijo de tu chingada y putisima madre!

    Empezó a manotear y a susurrar algo que no entendí… En eso la Yerba empezó a crecer a una velocidad vertiginosa y empezó a enredarse en mi cuerpo… Quise saltar, alejarme de allí, pero fue inútil, la yerba me sujetaba con una fuerza sobrenatural.

    -¡Maldita mentirosa!
    -¡Cállate, hijo de tu pinche madre! ¡Sé que no eres un humano normal!

    ¡Sé que te proteges con no sé que chingaderas! ¡Pero te vas a morir cabrón! Tienes que respirar y ese es tu punto débil, ¡Jajaja, jajaja! Empece a ver con terror, como las yerbas se querían meter a mi boca y a mis orificios nasales. Cerré el escudo mental en su totalidad, pero yo sabía que era poco el tiempo que tenía antes de que se me acabara el aire… Tenía que pensar cómo salir de esta situación rápidamente.

    -¡Muere, cabrón! ¡Ya muérete hijo de tu puta madre!

    Mis ojos miraron los troncos que había derribado al ser lanzado por la bruja cuando tenía forma de lobo… Así que, utilizando mi poder de telequinesis, lo levanté y lo arrojé con todas mis fuerzas hacía la maldita bruja… El troncó le pegó en el pecho, pero fue tanta la fuerza que la arrastró hacía el otro árbol que estaba a espaldas de la bruja y ahí se le incrustó, partiéndola en dos.

    Al morir la bruja, las yerbas volvieron a su estado normal, y yo por fin pude abrir mi escudo en la parte de la boca y orificios nasales para respirar hondamente, porque ya estaba negro de la falta de aire.

    Apenas me estaba recuperando, cuando percibí un olor insano, nauseabundo, miré hacia todos lados tratando de identificar de dónde procedía ese fétido olor… No se distinguía nada… La noche se hizo más lúgubre todavía… El viento empezó a doblegar las ramas de los arboles, el ambiente estaba gélido… De pronto se oyó un rechinido horrendo, como cuando se abre una puerta que ha estado cerrada por siglos… Las pálidas formas de la noche dieron paso a una puerta negra en medio del valle… Era la entrada a las cavernas del averno… La entrada infernal.

    Quedó ante mí, la puerta negrisima… Aparecieron dos luces azules y después, un poco más abajo, varias luces rojas como el fuego… Más truenos irrumpieron el tenebroso silencio y los relámpagos quebraron las tinieblas y… ¡Aparecieron ante mí!… Las luces azules eran los ojos llameantes de un hombre de ropaje negro, de palidez cadavérica; su áurea era poderosamente negra; a pesar de su palidez, se notaba excesivamente fuerte. En su mano, sujetaba una gruesa cadena, y en la cadena… ¡Seis monstruosos perros, de pelaje como la noche!, sus ojos llameantes y de sus enormes y poderosas fauces emitía un humo negro y fétido… Estos sabuesos de Satán tenían dos enormes y monstruosas cabezas cada uno… Los ojos de estos perros, eran las luces rojas que había visto al principio.

    El hombre de negro emitió una voz tan macabra que me estremecí hasta los huesos.

    -¡Humano, he venido a matarte! Mi amo SATANACHIA me ha enviado a quitarte tu mísera vida, pues has fastidiado a los inmortales; lo que no te pueden perdonar, es que hayas matado a su amante predilecta.
    -¿¿Qui-Quién es Satanachia??… ¿¿Quién e-eres tú??
    -¡Mi amo es uno de los Principales de mi señor Lucifer!… ¡Yo soy BARBATIS, su fiel sirviente! Dijo el hombre de negro, con su tenebrosa voz-.
    -¿¿Eres un demonio??
    -¡Así nos llaman los humanos, mortal!
    -Yo pensé que los demonios eran horribles, pero tú, aunque feo, no lo eres tanto como para asustarme.
    -¡Pobre infeliz!… ¿¿Estás preparado para sufrir y morir??

    El Hombre cadavérico abrió su mano y los horripilantes sabuesos del infierno se acercaron hacía mí… de las grandes fauces babeantes me lanzaron una llamarada tan intensa que gracias a mi escudo pude soportar… Pero el calor era abrazador… ¡La piel se me quemaba!… De un momento a otro el escudo sería desecho. Al ver que no había sufrido demasiado daño… Se me abalanzaron las seis bestias infernales… Sujeté a la primera de ellas del cuello… Pero la otra maldita cabeza del animal, me dio un mordisco en la cara; el campo de fuerza que me protegía, empezó a ceder a la fuerza de las fauces de la bestia. En un instante las seis bestias estaban sobre mí… Mis brazos, piernas, torso y cabeza, estaban siendo presionadas por esas fauces nauseabundas y diabólicas… Mi escudo estaba cediendo a pesar del gran esfuerzo mental que estaba realizando.

    Debía pensar rápido en como salvarme… Me acordé lo que hizo la bruja… Mi campo de fuerza se transformó de escudo en un arma de inmensas púas filosas que traspasaron las fauces de las bestias malditas. El aullido fue estremecedor… Empezaron a agitarse para liberarse de esas filosas pertuberancias invisibles… Cuando se zafaron tenían los hocicos desechos… ¡Malditas bestias del infierno! ¡Otro ataque de estos no lo podía soportar! Debía deshacerme de ellas lo más rápido posible… A pesar de su estado, se veían más furiosas que nunca.

    Eran muy peligrosas, si no las eliminaba rápidamente sería mi fin. Me concentré lo más que pude y lancé toda mi energía mental hacía esas seis bestias… El impacto fue impresionante, se ilumino toda la loma del valle y las bestias desaparecieron.

    Estaba muy agotado, el utilizar mi energía mental me quita mucha fuerza… Entonces escuché la voz del ser cadavérico… Esa maldita voz que me taladraba el cerebro y hacía que se me estremeciera el esqueleto.

    -¡Te has desecho fácilmente de mis mascotas!… ¡Eres poderoso mortal!… ¡Eres digno de sucumbir ante mí! ¡Jajaja, jaja! Mi cuerpo tenía un fuerte temblor… Estaba debilitándome muy rápido…

    El frío era insoportable, la niebla seguía muy espesa y las negras sombras eran rotas por esa mirada de azul intenso del infernal ser.

    Ante mis ojos empezó su espeluznante transformación… Su piel pálida se tornó de un verde oscuro, su cuerpo se lleno de fuertes y anchas escamas; le brotaron dos enormes pertuberancias en la espalda… De cada una de ellas, emergieron dos horribles alas membranozas, de su frente dos gruesas y puntiagudas ornamentas… Los zapatos fueron desechos, el izquierdo por una gran pezuña y el derecho por una enorme pata de gallo. Su cuerpo se convulsionó aún más y se hizo más ancho y más alto; alcanzando unos dos metros y algo… Cuando su boca se abrió, pude observar dos columnas de filosos dientes tan grandes como los del tiburón.

    Yo estaba paralizado ante esta imagen… Si este demonio era mucho más poderoso que los seis perros infernales, la iba a pasar muy mal… ¡Lo mejor era huir de allí!.

    Escapé lo más rápido que pude, saltaba de un árbol a otro en forma vertiginosa; en los tramos sin arboles, corría a una velocidad que ni yo mismo creía podía alcanzar… Pero… Siempre miraba la maldita puerta negra del infierno tras de mí… Es como si la tuviera atada a mi cuerpo. Al demonio lo había perdido de vista… Pero la puerta, me seguía como si fuera mi sombra… En un momento determinado, casi choco de frente con el demonio.

    -¡No escaparas, mortal! ¡Eres mío! ¡Jajaja, jajaja!

    Me dio un fuerte golpe… Ni siquiera lo vi… Solo sentí el impacto…

    A pesar de mi escudo, me dolió hasta el alma… ¡por primera vez, estaba asustado!

    Con mi poder telequinético, arranqué un árbol y se lo arrojé al demonio, puse mi mayor empeño y concentración de que era capaz… El árbol estalló en mil pedazos antes de tocar al maldito engendro.

    -¡Sorpresa! ¡Jajaja, jajaja! ¡Yo también puedo jugar con la mente! Dijo el ente infernal-.

    En un instante vi como cinco arboles se dirigían hacía mí a una velocidad inimaginable… Rápidamente expandí el campo de fuerza de mi escudo y los arboles estallaron en pedazos… Mi cuerpo resintió el gran esfuerzo mental… Mi áurea se hacía cada vez más pequeña; en cambio la del demonio iba creciendo cada vez más.

    -¡Jajaja, jajaja! ¡Te estás debilitando, mortal! ¿¿Cuánto tiempo durará este juego??

    Recordé la enseñanza de un maestro, antiguo mago samurai… Era mi única posibilidad… Concentré toda mi energía mental y de mi mano emergió una gran energía blanca con entornos azules… Esta energía se concentró en una magnifica espada… Pero con el esfuerzo, desapareció el escudo mental.

    -¡Jajaja, jajaja! Veo que quieres jugar a las espaditas… ¡Bien, mortal! ¡Veamos que tan bien peleas!

    De su mano emergió una gran energía negra en forma de espada… y… ¡Me atacó!… Era increíble, íbamos de un lado para otro, de un árbol a otro, en el aire, en tierra; golpeando con nuestras espadas; a cada choque saltaban chispas, unas blancas y otras más negras que la noche… Mis mejores enseñanzas se plasmaron en esa lucha; golpes con los pies, con la mano libre, con la espada… Pero todos eran bloqueados. El también arremetía con una fuerza sobrenatural… Pero también todos sus golpes fueron neutralizados… Nos movíamos a una velocidad increíble… Estabamos parejos, salvo que yo me debilitaba más y él se hacia más fuerte.

    Solo era cuestión de minutos y todo terminaría… Estaba seguro de morir… En un descuido, sentí un fuerte rodillazo en la boca del estomago… Ya sin el escudo, el dolor fue intenso… Con el dolor, se perdió la concentración, y sin la concentración mi espada desapareció… Sólo fue un segundo, pero suficiente para que el demonio me acabara.

    La puerta negra del infierno seguía estando presente en la lucha, hacía donde nos dirigiéramos en nuestra pelea, hacía allá se movía la puerta maldita. Justo antes de descargar el demonio el golpe mortal… ¡Un gigantesco rayo iluminó el valle, y fue a dar a la puerta de la caverna infernal!… La luminosidad, cegó al demonio, justo lo necesario para restablecer mi espada y atravesar al maldito engendro.

    El aullido fue espeluznante… Tan horrendo que pasaron días para que se me quitara el temblor de piernas que me causó. Tras el aullido infernal, el demonio desapareció, lo mismo que la puerta de la caverna maldita… Después la niebla se levantó y fue cuando contemplé un hermosos cielo estrellado, y de él, sobresalía una estrella gigantesca y hermosa en forma de cruz que brillaba intensamente. En ese momento supe que Dios estaba a mi lado.

    En ese momento Nino, supe mi destino… ¡Aniquilar a todo ser infernal que exista en el mundo!.

    Carta como ésta, recibí varias. En las que relataba sus batallas contra seres malignos… Que tal parecía, se habían empeñado en destruirle. Se enfrentó contra diferentes clases de vampiros, con más brujas y hechiceros y con otros demonios. A estos, como después me dijo; no los puede matar, solo los regresa al infierno.

    V

    Pasaron los años, y un día, recibí una carta suya; en ella me decía que se había casado. Encontró una mujer hermosa y buena con quien compartir su vida, era muy feliz al lado de esta mujer. Un año después, recibí otra carta… Pero esta carta no era de mi amigo… Era de su madre… En donde me notificaba que su hijo había sido asesinado… Qué la policía no ha encontrado a los asesinos.

    Yo sabía que jamas los iban a encontrar… Porque al fin había sido derrotado en su lucha contra las fuerzas del mal. Cómo se podrán imaginar, me sentía terriblemente deprimido… Pasaron los meses y mi depresión continuaba… ¡No podía imaginar, porqué el mal triunfaba sobre el bien!.

    Un día lluvioso, estaba solo en casa, miraba a través de la ventana la tarde nostálgica, estaba ensimismado en mis pensamientos, cuando noté algo extraño… No se como explicarlo… Pero se me erizaron los cabellos de la nuca, un fuerte escalofrío sacudió mi cuerpo y una brisa helada taladró mis huesos… Percibí una extraña luminosidad a mi espalda, al volverme… ¡Estaba ante mí!… ¡Era La Hormiga! Sentí que me faltaba el aire… Se me nubló la vista… Mi corazón latía con fuerza, quería escaparse de la prisión del pecho… En eso me habló… Era una voz melodiosa, serena; y en su rostro, una sonrisa.

    -No te asustes Nino… Soy yo, La Hormiga… Ya no estés triste por mi muerte.
    -¡Pe-pero… No has cruzado el túnel!
    -Ya lo crucé, amigo. Déjame explicarte.
    A pesar de la alegría que me daba el verlo, el escuchar su voz…

    También tenía un miedo aterrador.

    -No soy un fantasma; no soy un humano, como tú… ¡Soy un Ángel!… Si mi querido Nino… Un Ángel… Un guerrero, mandado a la tierra sin poderes angelicales… Pero con poderes humanos exaltados al máximo…

    Lo que realizaba, lo puede hacer cualquier humano; pero no sabe, no tiene el conocimiento para hacerlo.

    -¿Y porqué no me lo dijiste antes? Conteste-.
    -¡Yo no lo sabía!… Cuando nos mandan a la tierra, nos borran la memoria, para no delatarnos ante nuestro enemigo. Nos mandan a luchar para aprender… aprender sus técnicas, sus poderes, sus mentiras…
    -¿Cómo; no saben los poderes del enemigo, allá arriba?
    -¡Si lo conocemos!… Pero, ¿cómo entrenar? Si nosotros no engañamos, no mentimos, no distinguimos cuando uno es bueno pero debe morir para que no cause más daño… Eso, solo en la tierra se aprende… Y el mismo Lucifer sin saber, nos provee de la enseñanza.
    -Entiendo. Contesté-. Pero… ¿Cómo te destruyeron?
    -Mi esposa. ¿Te acuerdas de la bruja que eliminé?… ¡Era su hija!… Tenía toda mi confianza… No tenía el escudo mental y cuando dormía en mis entrenamientos… Con una daga envenenada… Me la incrustó en el corazón… Los antiguos, me advirtieron… No fui lo suficientemente veloz para restablecer el escudo… y dejé esta vida.
    -¿No te has vengado de ella?
    -La venganza es mala, mi querido amigo. Además me hizo muy feliz en el poco tiempo de conocerla… Ella desdichadamente no será elegida…
    Bueno amigo, espera la buena nueva… Esta tan cerca… ¡Qué el dador de vida este contigo… Cuídate!…
    -¡Espera!…

    Todo cuanto hice para volver a hablar con él, fue inútil… Desapareció y jamas volví a verlo.

    VI

    ¡Kerubiel! Los últimos guerreros han regresado de su preparación final… ¡Se acerca el gran día!

    -¡Lo sé Miguel!… Ya apareció en la tierra el hijo de nuestro hermano Lucifer… Ya sedujo a nuestros hermanos los humanos.
    ¡¡¡¡¡PPPPrrrrruuuuuuuutttttt!!!!! Se escucho un potente sonido de trompeta.
    -¿Qué significa esa señal, hermano Kerubiel? Preguntó el Arcángel Miguel.
    -¡Regocíjate hermano! Contestó el jefe de los Querubines-. Es la señal para que emprenda su viaje al mundo de los mortales el primer jinete del Apocalipsis… El día del juicio final se acerca… Prepara tus llaves para abrir la puerta del averno y liberar a nuestros hermanos.
    -¡Por fin! Pronto desenvainaré nuevamente mi espada y el aliento de nuestro padre, el dador de vida, impulsará mi mano.
    Miguel se dirigió al ejercito de Ángeles guerreros.
    -¡Listos guerreros! ¡Pongan su mayor empeño! ¡Ya los conocen! ¡Son crueles, blasfemos y mentirosos! ¡Ya saben quienes deben morir y quienes ser liberados!… ¡Qué el espíritu de nuestro padre; el que no puede ser visto sin perecer, les acompañe!

    Los Angeles guerreros escucharon emocionados las palabras de su líder, el Arcángel Miguel… Y entre ellos… Esta un ángel que es mi amigo…
    ¡Un ángel apodado La Hormiga!.

    Fin.

    *Con cariño para mi compañero y amigo Gerardo Vega, La Hormiga. Que desde El cielo espera el toque de trompeta del Arcángel Gabriel, para volver a encontrarnos. *

    Publicación November 5, 2022
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