Justo antes de la muerte
Muchos nos hemos preguntado que sucede después de la muerte, quizás simplemente desaparecemos, a lo mejor vamos a un lugar magnifico donde cada uno hace lo que quiere, nos reencarnamos en alguien o nos quedamos para cuidar a los nuestros, estas y muchas teorías se centran a un mismo tema, que hay después de la muerte, la historia que voy a contar puede ser una de las muchas cosas que podrían suceder.
Eran las nueve de la mañana, di al botón del ascensor que indicaba la planta baja pero para fastidiar la del cuarto va y llama al ascensor así que me tengo que esperar, después de esperar a que la coñazo(la del cuarto) entrase cerré de nuevo las puertas y bajamos, después de saludar al portero de nombre Amalio abrí la puerta de la calle. Me disponia a salir cuando tropecé con algo que sobresalía y caí al suelo, me di en la cabeza y esta empezó a dolerme mucho por suerte no me había muerto así que me levante y cual fue mi sorpresa a verme a mi con ocho años acompañado de mi hermana, seguramente era solo un recuerdo porque primero yo tenia quince años, segundo no iba al colegio con mi hermana desde hacia cuatro años y tercero, tercero que simplemente era imposible que yo estuviese viendo realmente eso, no, seguramente me había desmayado y todo lo que estaba pasando era un sueño así que como era un sueño decidí irme a algún bar a beber algo.
Me disponía a hacer eso cuando me vi traspasado a otro lugar, este lo recordaba perfectamente, era en Badajoz hacia casi un año, había estado dando clases allí durante un año pero después volví a Madrid, vi exactamente el momento en el cual le metía una patada en la cabeza y también vi como este se ponía chulo diciéndome que no me iba a pegar porque sino me mataría, me disponía a marcharme cuando pase a otro lugar, esta vez era en el colegio de Madrid, cuando tenia nueve años.
Me vi a mi pegándome con un niño los dos tirados en el suelo dandonos como podíamos, después de un rato y después de que todos los niños formaran un corro alrededor nuestro y gritaran “que se peguen, que se peguen”, después de todo eso llego mi hermana y le metió una torta al niño, me acuerdo, aunque esto no lo vi, que al día siguiente volvíamos a ser amigos, éramos niños.
Pasado un rato aparecí en Figueira, lugar donde veraneo desde chico, vi como le estaba dando una paliza a un portugués por desgracia recordaba que después de darle la paliza venia uno de dieciocho años y me daba una patada en las costillas y así ocurrió, después de dejar al niño(16 años) en la arena vino el tio ese y me pego la patada. De nuevo aparecí en otro lugar, estuve todo el tiempo, bueno puedo decir que aun sigo recordando situaciones de mi vida, esto me hace pensar si lo que estoy es muerto y este el final que tengo como destino, aun sigo esperando que esto no sea así y que algún día despierte de lo que espero que sea mi coma eterno.
Fin