Muchas veces me he preguntado…
—Tezcat—
…por qué será que nuestras ‘creencias’ atraen a tanto adolescente pendejo?
Varias veces he pensado en ello, y la siguiente diatriba contemplará los porqués y porquenós de semejante aseveración. Quienes me “conozcan” se sorprenderán de mis conclusiones…
1) Aunque cueste reconocerlo, técnicamente el Satanismo no es UN solo conjunto de creencias. Como la mayoría de ‘religiones’, comprende diversos conceptos y prácticas que pueden ser discutidas y defendidas por sus adherentes respectivos. Además, quien dice ser Satanista, probablemtente lo sea.
2) Como todos sabemos, la adolescencia es un período particularmente difícil en la vida. Es allí donde un joven se aevntura a desasirse de los yugos impuestos por sus padres —ya que la mayoría de las veces no pueden desasirse de los que le ha impuesto la cultura. Es una etapa de transición, una etapa de muchas inseguridades, de afirmación personal, búsqueda de identidad, rebeldía y angustia.
3) El Satanismo es uno de los muchos ‘cultos’ cuya existencia indica al adolescente el camino para “librarse” de la cultura Cristiana dominante. Es decir, entre los diversos cultos/grupos/sectas/loquesea, el Satanismo representa el derribamiento de la vieja guardia, más específicamente un desafío a las normas establecidas, y por ende se convierte en el vínculo al cual se aferra el adolescente en su lucha por la libertad y la individualidad.
El térmno ‘pendejo’ se utiliza frecuentemente para denigrar a aquellos cuya rabia y testarudez hace más difícil el oponérseles o el trabajar con ellos de manera fácil y agradable. El apelativo ‘adolescente’ indica cierta dificultad de parte del hablante, con la rebeldía de la juventud y su negativa a conformarse con las normas establecidas.
La razón por la que tantos ‘adolescentes pendejos’ se sientan atraídos por el Satanismo consiste en que dicho término connota comportamientos y conductas que son tanto permitidas como condenadas por una sociedad, refinados por la disciplina de ésta última, y que suelen revertirse toda vez que el adolescente alcanza cierto grado de madurez, gracias a sus vivencias, experiencias y su exploración filosófica.
El rechazar estos individuos de nuestro ‘grupo’ no sólo es un intento de negar nuestras propias emociones (algo que, por lo menos en Occidente, es culturalmente típico en nosotros los hombres) sino también implica negar el hecho de que todos hemos pasado por la misma etapa y hemos experimentado los mismos sentimientos. Y esto puede ser un indicio de cierta “falta” de madurez, y la manera como interactuemos con estos jóvenes adultos será un indicio de nuestro grado de prudencia y sabiduría, como cultura y como individuos.
Obviamente, los más inteligentes entre nsotros sacudirán la cabeza y blanquearán los ojos cada vez que algún resentido social haga algo desagradable en nombre del “Satanismo”. Sin embargo seré el primero en reconocer que es mucho más fácil hacer un despliegue de impaciencia y rotular a esta persona, que enfrascarnos en un mutuo y serio intercambio educativo.(!)
A pesar de todo el ruido que hagan, este tipo de personas se extinguen rápidamente. A veces crecen y “maduran”, otras veces se aburren y buscan otra cosa. A veces van a prisión. E incluso a veces se reconvierten al Cristianismo contra el que se rebelaban, haciedo mucho más ruido. Y si pasamos por la misma etapa, y aún estamos aquí, es porque no fuimos tan pendejos. Y cada vez que ésto sucede… bueno, mejor que se larguen. Mi punto de vista siempre ha sido que mientras más ruido hagan, menos duran —”…perro que ladra…“— y por lo tanto no debería tomárseles en serio, mucho menos como representantes del Satanismo. Algunos podrían pensar lo contrario, es decir, que SÍ representan LOS COMIENZOS del camino Satánico en sus vidas. Tal vez su ímpetu los empuje a los extremos que están más allá de la capacidad de la sociedad para permitirlos, incluso mucho más allá de la cultura de quienes nos llamamos “Satanistas”, y que no por ello deja de ser una práctica del Satanismo.
Quienes entiendan algo de la historia, la simbología, y tengan una comprensión aguda y férrea voluntad…quienes entiendan el poder y la creatividad de la causa y efecto de las Artes Negras; deben considerarse como los verdaderos representantes del Satanismo. Quienes han logrado algo.
Estos son Satanistas y maduros, Satanists por naturaleza, Satanistas “de facto”, no importa que no se llamen Satanistas a sí mismos. LO SON. Si alguien necesita un punto focal sobre el cual concebir toda la colectividad, éstos son sus modelos ideales.