Teoría y Práctica de la Magia Satánica
“La Biblia Satánica”
—Anton LaVey ©1969—
LA DEFINICIÓN DE MAGIA, tal como la utilizamos, es: “El cambio de situaciones o eventos según la propia voluntad, los cuales, de otra manera, no podrían cambiarse.” Esto deja un amplio espacio para la interpretación personal. Algunos dirán que las instrucciones y procedimientos no son más que psicología aplicada, o de hechos científicos, a los cuales se les da terminología “mágica” —hasta que se llega a un punto en el texto que “no se basa en ningún descubrimiento o hallazgo científico”. Es por esta razón que no se ha hecho ningún intento de limitar las explicaciones a una nomenclatura dada. La magia no es científicamente explicable, pero hay que recordar que la ciencia siempre ha sido, de una u otra forma, considerada como magia.
No hay diferencia entre magia “blanca” y “negra”, excepto dentro de la hipocresía, “rectitud”, culpa y auto-engaño del mago “blanco” o “bueno”. En la tradición religiosa clásica, la magia “blanca” se realiza con propósitos benévolos, altruistas y “buenos”; mientras que la magia “negra” se utiliza en beneficio propio, poder personal, y propósitos “malos”. Nunca nadie en la Tierra realizó estudios de ocultismo, metafísica, yoga, y otros conceptos de ‘luz blanca’ sin tener como meta poder personal y auto-gratificación. Lo que sucede es que a unas personas les gusta usar ropa hecha con pieles, mientras que a otras les gusta la seda o el terciopelo. Lo que para una persona pueda ser placer, para otra será dolor, y lo mismo se aplica a los conceptos de “bien” y “mal”. Todo practicante de magia o brujería está firmemente convencido de que está “haciendo lo correcto”.
La Magia se divide en dos categorías, ritual o ceremonial, y no ritual o manipuladora. La magia ritual consiste en la realización de una ceremonia formal, que generalmente se lleva a cabo en una zona que se ha dispuesto para tal fin y en un momento específico. Su propósito principal es aislar y concentrar la energía adrenal (que de otra forma estaría disipada), y la energía emocional inducida en la persona, y convertirla en una fuerza transmitible dinámicamente. Es más un acto emocional que intelectual. Cualquier otra actividad intelectual debe llevarse a cabo antes de la ceremonia, no durante ella. Este tipo de magia es más conocida como “Magia Mayor”.
La Magia No-Ritual, o magia manipuladora, a veces llamada “Magia Menor” consiste en las mañas y artimañas en situaciones diversas, que cuando se utilizan, pueden crear “cambios, de acuerdo a la propia voluntad”. En tiempos antiguos, esto se le conocía como “glamour”, “fascinación” o “mal de ojo”.
La mayoría de las víctimas de los juicios contra brujas no eran brujas. La mayoría eran mujeres excéntricas, generalmente viejas, que o bien estaba seniles, o no se conformaban con los estándares de la sociedad. Otras eran mujeres excepcionalmente atractivas que eran solicitadas por personas en cargos de autoridad, y que no les correspondían, o daban sus favores a quienes no debían. Las brujas de verdad rara vez eran ejecutadas, o llevadas a juicio, ya que eran eficientes en el arte del encantamiento, y podían hechizar a los hombres y así salvar sus propias vidas. La mayoría de las brujas de verdad dormían con los inquisidores. Este es el origen de la palabra “glamour” El significado antiguo de “glamour” es brujería. El poder más importante de una bruja es su capacidad de utilizar su glamour. La palabra “fascinación” tiene un significado oculto.
Fascinación era el término utilizado para el “mal de ojo”. Ya que hechizar con la mirada, es decir, fascinar, era echarle el “mal de ojo”. Por esto, si una mujer tenía la capacidad de fascinar a un hombre, se le tenía por bruja.
El aprender a utilizar la APARIENCIA es una parte integral del entrenamiento de una bruja o brujo. Para manipular a una persona, debes ser capaz de atraerla y mantener su atención. Los tres métodos por los cuales se puede emplear la APARIENCIA son la utilización del sexo, el sentimiento o el asombro o perplejidad, o cualquier combinación entre los tres. Una bruja debe, honestamente, decidir en cuál categoría encaja. La primera categoría, la de sexo, es más que evidente. Si una mujer es atractiva, o sexualmente deseable, debe hacer todo lo que esté a su alcance para hacerse lo más tentadora posible, utilizando el sexo como su arma más efectiva.
Una vez ha llamado la atención masculina, utilizando su atractivo sexual, es libre de manipularlo a su antojo. La segunda categoría es el sentimiento. Las mujeres mayores suelen ir en esta categoría. Por ejemplo, la “dulce anciana” que es nuestra vecina, y que a muchas personas podrá parecerles excéntrica, puede utilizar y aprovechar ciertas ventajas que le confiere su situación. La tercera categoría es la del asombro o perplejidad. En esta categoría iría la mujer que es de apariencia extraña y sin embargo espectacular. Haciendo que su apariencia trabaje a su favor, puede manipular a las personas por el solo hecho de su presencia intimidante, ya que puede llegar a temer las consecuencias si no hacen lo que ella diga.
Muchas mujeres encajan en más de una de las categorías anteriores. Por ejemplo, la chica de apariencia frágil e inocente, pero que a la vez es muy sexy, combina sexo con sentimiento. O la “femme fatale” que combina su atractivo sexual con una apariencia “siniestra” combina sexo y asombro. Al evaluar cada categoría, una buena bruja sabrá en que categoría va, y utilizará sus atributos de manera apropiada. Para ser un brujo de éxito, un hombre debe saber ubicarse en la categoría adecuada. Un hombre apuesto o sexualmente atractivo encajaría, naturalmente, en la primera categoría —“sexo”. La segunda, o de “sentimiento” se ajusta más al hombre mayor que tiene una apariencia élfica, o de hechicero. El tierno abuelito también cabe en esta categoría. (¡los llamados “viejos verdes” también van aquí!). El tercer tipo con apariencia ‘diabólica’ o ‘siniestra’. Cada uno de estos hombres sabrá como dominar su atractivo y su apariencia para conseguir los fines que se propone.
La imaginería visual que se utiliza para la reacción emocional es ciertamente la parte más importante de la magia menor. Cualquiera que sea lo suficientemente tonto como para decir que “la apariencia no lo es todo” o que “la pinta no lo es todo” está más que engañado. La buena apariencia puede que no sea necesaria, pero la “apariencia” ¡sí que lo es!
El olor es otro factor manipulador en la magia menor. Recuerden: ¡los animales desconfían o rechazan cualquier cosa que no huela! Y aunque, como animales humanos que somos, neguemos de manera consciente nuestros juicios basados en este sentido, somos motivados de manera instantánea por nuestro sentido del olfato tal como cualquier otro animal que camine en cuatro patas. Si eres hombre, y deseas encantar a una mujer, deja que las secreciones naturales de tu cuerpo permeen el ambiente inmediatamente próximo a ti, y actúa de manera animalmente contraria a los standards de amabilidad y cortesía social que cargas a tus espaldas. Si tú, como mujer, deseas ‘embrujar’ a un hombre, no temas ‘ofenderle’ debido a que los aceites y fragancias naturales de tu carne no se hayan disipado, o que ese pequeño lugar entre tus muslos no está seco y estéril. Esos olores naturales son los estimulantes sexuales con los que la naturaleza, en su mágica sabiduría, nos ha dotado.
Las sensaciones y sentimientos estimulantes son esos olores que apelan a nuestros recuerdos y nuestra nostalgia. El conquistar a un hombre, por su estómago, ¡comienza por el arte de saber cocinar! Una bruja que utilice el “sentimiento” apelará a este recurso, ¡y encontrará que es el más útil de todos sus ‘encantos’! No es tan risible el tener en cuenta la técnica del hombre que deseaba conquistar a una mujer que había sido alejada del lugar donde disfrutó de la alegría de la infancia, que resultó siendo una aldea de pescadores. El hombre, conocedor del arte de la magia menor, guardó durante poco tiempo un pescado en un bolsillo de sus pantalones, para después probar los frutos de la victoria, que la ternura suele otorgar.