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    Valores Familiares

    Valores Familiares

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    En “The Devil’s Notebook”, el Dr. LaVey pregunta: “Quién conoce un buen caso de ‘armadura de la personalidad’ cuando lo ve?” Con tal pregunta, LaVey hacía alusión al Dr. Wilhem Reich, un psicólogo y alumno de Freud, que había profundizado enormemente en las ‘doctrinas oscuras’ durate su estudio de la psique humana. Wilhem Reich describió la neurosis humana como un proceso de ‘blindaje de la personalidad’ en su libro ‘análisis de la Personalidad, que fue publicado por primera vez en Alemania en 1933. El libro iba dirigido a estudiantes de Psicología, y aunque las implicaciones del estudio de Wilhem Reich son inmensas, el principio fundamental de este proceso es bastante simple: la palabra clave es ‘defensa’.

    Una ‘armadura de la personalidad’ consiste básicamente en varias capas de la personalidad de un individuo, cada una como defensa ante una necesidad interior. La armadura protectora no es causada por la necesidad en sí misma, sino por una contradicción entre sus sentimientos interiores y el mundo exterior. Por ejemplo, cuando un niño se masturba en su cuna o muestra algún interés en los genitales de su madre, lo hace porque está descubriendo su propia sensibilidad genital. Esto es algo natural. Si al niño se le cohibe, se enfrenta a una contradicción entre sus sentimientos interiores y la cohibición del mundo exterior. Incapaz de resolver este dilema, el niño encapsula dicha contradicción desarrollando una protección que va a reprimir sus sentimientos interiores. Sigue la contradicción, pero no será percibida por la conciencia del niño, mientras el inconsciente del niño mantenga la armadura.

    Los valores tan queridos por Occidente alientan la represión de los impulsos y sentimientos interiores. Los medios de reprimirlos se hallan en la mente humana. La neurología demostró hace tiempo que cuando algo nos sucede, aproximadamente transcurre medio segundo antes de uno sea consciente de ello. (La conciencia humana compensa el restraso de medio segundo ‘sustrayendo’ la diferencia que hay entre el momento que surge una sensación y el momento en que deviene consciente, de manera que la experiencia es percibida simultáneamente con otros eventos internos o externos. Sin embargo, la verdad es que en el consciente humano no hay experiencias instantáneas). Por ende, una sensación no puede ser reprimida conscientemente ya que es demasiado tarde para ello, pero eso no significa que una sensación no pueda ser reprimida inconscientemente. De hecho, al decirnos constantemente que reprimamos nuestros sentimientos (o con que se nos diga sólo na vez, si uno es lo suficientemente impresionable), la represión de los sentimientos es elaborada en su totalidad por el inconsciente. Sin embargo, la represión de un sentimiento cuyo origen sea somático, es decir, en el cuerpo, debe ser hecha a su vez por el cuerpo. Como lo ha demostrado la neurología, cuerpo y mente forman una unidad inseparable. De esta forma, todos los sentimientos reprimidos se reflejarán en un comportamiento en particular, tanto en su forma de pensar y de actuar, reprimiendo sus sentimientos. En su otro libro “The Satanic Witch”, LaVey describe de forma bastante ilustrativa características de diversos patrones de comportamiento.

    Qué ha de contestar, pues, un hombre escogido al azar, que encaje por ejemplo en el 2 del reloj (para quienes no entiendan, hay un Reloj Sintetizador de Personalidades en ‘The Satanic Witch’ —N. del T.) cuando se le pregunte por qué prefiere la abstinencia sexual? Dificilmente podría esperarse de él que nos diga que siente temor del acto sexual, y mucho menos que nos diga que tal temor tiene su origen en un temor a ser privado de su pene, es decir, ser castrado. En lugar de hacer eso, nos diria que “no le prece que el sexo sea tan necesario”, o que “no le hace falta”, o que “la promiscuidad pone en peligro el alma humana”, o que “aún busca la mujer perfecta”, u otra mentira similar. Podría afirmarse que no es más que una excusa que ofrece, como consecuencia de no tener sexo. Sin embargo, sería incorrecto, porque sería sólo una precaución que toma para evitar el sexo. La diferencia radica en dónde está la contradicción. Con la explicación de que no es más que una excusa para no tener sexo, se supone que sí quiere tener sexo, pero ue por alguna razón no lo tiene. Así, según dicha teoría, la contradicción yace entre su deseo de sexo y el hecho de que no tiene sexo; la contradicción es en este caso un factor externo y que él está en uno de los polos opuestos de la contradicción. Sin embargo, si este fuera el caso, intentaría solucionarlo insinuándosele a una mujer. Un ‘no’ inicial, ( o uno persistente) no lo afectaría de manera significativa, y hasta que no haya conseguido un ‘sí’ de alguna muchahca, la contradicción permanecerá insoluta y, en consecuencia, continuará con el ‘cortejo’.

    Con la explicación anterior, la contradicción es el resultado de su necesidad de tener sexo y su inconsciente reprimiendo tal necesidad; la contradcción yace en él mismo, no entre él y cualquier mujer en la que esté interesado en el momento. Desafortnadamente, mientras su dilemano haya dejado de existir, su inconsciente habrá embotado su capacidad de reconocerlo, y ni hablemos de rsolverlo. Se da cuenta que algo está mal (no tiene sexo) pero el motivo se halla en ese punto olvidado dentro de su consciente. Y por ende, al no poder reconocer tal dilema, lo evade inconscientemente de una manera que, puede parecer una externalización de su contradicción. Ésa es la razón por la que se pone así mismo en la imposible tarea de conseguirse una tipa como, por ejemplo, “Scully”, la de los ‘Archivos X”, que sea a la vez su amiga y su pareja sexual, para que de esa manera no tenga sexo, que es muy diferente a que por eso mismo no tiene sexo. Hay una diferencia importante. Si el problema se redujera al hecho de que no tiene sexo, se pondría a sí mismo metas más ‘accesibles’.

    Una contradicción no es en sí misma algo desafortunado; de hecho, la vida misma es una contradicción. Estamos hechos de materia que se considera muerta, a la vez que estamos bastante vivos. El acto de vivir es en sí mismo enfrentarse a la contradicción entre la vida y la muerte, y a la vez que resolvemos un dilema, sugen más. La vida puede ser vista como una trayectoria a través de un caos de contradicciones.. Cuando un dilema deja de ser tal, ya no hay motivo para resolverlo. Una contradicción que sea encapsulado y despachado no tiene ningún factor que lo motive. En este sentido, la gente que reprime sus dilemas internos ya está medio muerta en algunos aspectos de la vida física, ya no tienen nada que los motive. Es interesante anotar que un ‘klippoth’ es descrito como un muerto viviente.

    Según Wilhem Reich, el propósito del análisis de la personalidad es arrancar la armadura del pciente, capa por capa. Si el analista toma un atajo, dirigiéndose a la médula, o saltándose una capa o dos, el paciente se verá estando de acuerdo en que, por ejemplo, tenía ciertos problemas en su fase anal. De la misma manera puede entender de qué forma se ha secularizado el Cristianismo en la sociedad, a todos los niveles, y concluirá que es una desgracia. Sin mbargo, si bien el paciente puede entenderlo de manera intelectual, racional, no lo siente carnalmente, no lo experimenta en su cuerpo, ya que la armadura sigue allí. La discrepancia entre el entendimiento carnal e intelectual del paciente constituye una separación de mente y cuerpo.Así, a la vez que está de acuerdo en que el Cristianismo tiene un efecto nocivo en su vida, seguirá manteniendo los mismos principios, con o sin pleno conocimiento de ello. Así es como encontramos muchos auto-denominados ‘ateos’ o ‘satanistas’ hacen más por el Cristianismo que muchos Cristianos. En este ejemplo, el paciente se sentirá inclinado a concluir que sus problemas personales son causados principalmente por el Cristianismo. La conclusión es correcta (sólo parcialmente, trataré de esto más adelante, porque el Cristianismo no es el único al que hay que culpar), pero el hecho de saberlo no ayudará al paciente. Para el paciente, el Cristianismo no pasa de ser un ‘demonio’ conveniente al que podrá echarle la culpa de todos sus problemas. Como sabemos, echarle la culpa al diablo significa transferir la culpa y la redención propias de uno mismo hacia los demás. El paciente puede comenzr su cruzada personal contra el Cristianismo, creyendo que tal cosa solucionará sus problemas. Sin embargo, al hacerlo, el paciente desvía su atención de su propio problema y la enfoca hacia el Cristianismo (o a lo que sea) y se separa a si mismo de su verdadero problema personal. La reacción del paciente no es accidental: al desviar su atención de su verdadero problema interno hacia cualquier elemento externo es un mecanismo de defensa para escapar del problema que lleva en sí. Al mismo tiempo, el paciente se hace a la idea de que está en proceso de resolver su dilema. Por ende, en lugar de no dejarse afectar por ello, la abrupta confrontación con su propio problema interior pueden perjudicar su ‘armadura’ si ésta no ha sido antes removida cuidadosamente.

    En el proceso de penetrar en las distintas capas de la coraza del paciente, éste es forzado repetidamente a enfrentar sus propias contradicciones interiores. Si bien suena muy fácil, las contradicciones ineriores eran tan aterradoras para el paciente que parecían amenazar su propia existencia. Así, el paciente se defenderá con dientes y uñas contra el analista que penetre su coraza, aún si está consciente de que el analista no busca la destrucción del paciente.

    En general, para que una persona se despoje de su armadura, es necesario que la persona logre una comprensión carnal de qué es lo que causa su problema interior, no que se limite a aceptar y racionalizar las indicaciones tentativas del analista a medida que éste se las vaya dando. Desafortunadamente, si una persona sufre de una separación entre su conocimiento intelectual y carnal, la persona no podrá interpretar corretamente sus señales corporales, si es que se da cuenta de ellas. (Si pudiera interpretarlas, podría reconocer su problema y resolverlo). Un famoso experimento neurológico consiste en examinar a una persona cuyo daño cerebral consista en que tiene separados sus lóbulos frontales. Este tipo de daño cerebral es el mismo que Antonio Damasio describe en su libro ‘El Error de Descartes’. En este experimento, se le muestra al paciente dos imágenes. Hay una barrera entre sus ojos, de manera que su ojo izquierdo pueda ver una imagen, que representa un paisaje nevado, y el ojo derecho ve la imagen del pie de una gallina. La persona tiene a su disposición una serie de imágenes, algunas de las cuales corresponden a las dos imágenes que se le han mostrado. Se le dice al sujeto que seleccione dos imágenes que correspondan a las escenas que tiene enfrente. En el experimento, el sujeto señaló una cabeza de gallina (correspondiente a la imagen de la pata). El resultado no era nada sorprendente. Sus ojos vieron dos imágenes, y sus dos manos obedecieron las dos mitades cerebrales señalando las imágenes correspondientes. Sin embargo, la explicación que dio el sujeto en cuestión fue sorprendente; explicó que la pata de la gallina correspondía a la cabeza de la gallina… …lo interesante del experimento es que 1) desconocía de manera consciente el paisaje nevado, 2) su inconsciente percibió el paisaje nevado y dirigió su mano a … 3) hizo una explicación tentativa para su acción, y 4) tal explicación, que parecía correcta al sujeto en cuestión, estaba totalmente equivocada. El sujeto había observado que sus manos se movían en dirección a las dos imágenes y, basado en dicha observación, sacó sus propias conclusiones. Este ejemplo sirve para explicar que no sólo los sujetos que pertenecen a este tipo de pacientes ignoran su discapacidad, sino que algunos hacen explicaciones racionales que no siempre son lógicas o conseecuentes.

    El consciente del sujeto en cuestión ignoraba algunas señales corporales. No es dificil extrapolar el resultado del experimento a otras señales corporales que otras personas, al igual que este sujeto en cuestión, no son conscientes de lo que sienten y que son incapaces de interpretarlo correctamente. Serán capaces de dar explicaciones más o menos racionales a sus propias acciones, pero para una tercera parte, las explicaciones serán incorrectas, suponiendo que la tercera arte sepa en qué fijarse.

    Los trastornos de personalidad basados en efectos psicológicos son considerados generalmente menos severos que los que tiene su origen en daños cerebrales, aunque en algunos casos los síntomas sean bastante similares, o hasta idénticos. Con la tecnología actual, los daños psicológicos son curables, en comparación a los daños cerebrales, aunque algunas veces, los psicólogos también deban tirar la toalla. En ‘La Función del Orgasmo’, Wilhem Reich anotaba que los sacerdotes estaban más allá de su capacidad para curar gente y que en consecuencia, se rehusaba aceptar algún sacerdote como paciente.

    Creo que un método para curar pacientes neuróticos es hacer que los pacientes verbalicen las experiencias que los llevaron a sus conflictos internos, pero, francamnete, no conozco el procedimiento —después de todo, soy ingeniero eléctrico, no psicoanalista. Una forma de que podría ser bastante efectiva es concientizarse que el paciente no es sólo su boca hablando, sino que es su cuerpo, y es con su cuerpo que nos habla, no sólo con su boca. Obviamente, como el cuerpo no “habla” ningún “lenguaje humano” —en el sentido que sus mensajes no se expresan con palabras— el mensaje debe ser traducido a palabras, para que el paciente entienda intelectualmente lo que su cuerpo le está diciendo. Sin embargo, el problema radica en que el paciente no da crédito a lo que su cuerpo le está diciendo. Si uno le dijera al paciente del ejemplo anterior que lo que vio fue la imagen de un paisaje nevado, lo más seguro es que lo niegue, ya que no es consciente de que en realidad lo vió. En este caso, no debe ser dificil convencer al paciente de tal hecho porque el paciente no tiene ningún incentivo para negarlo —a menos que se espere cierto escepticismo de parte del paciente, en la forma de una réplica a su anaista como “claro, me imagino que la imagen también va con el unicornio que está allí, no?”. (Es más, a juzgar por los resultados presentados por Antonio Damasio, pacientes con el daño cerebral antes mencionado, parecen tener una inclinación a negar los hechos.)

    Como sucede con los pacientes que sufren de tal daño cerebral, los pacientes con problemas psicológicos no están conscientes de algunas reacciones corporales que son el resultado de su problema. Sin embargo, si se le indica al paciente su reacción corporal, puede que se lo note, acompañándola con una explicación de por qué está reaccionando de esa manera.

    Las reacciones corporales pueden ser bastante peculiares: consideren, por ejemplo, una mujer que tenga 25 años y que aún mantenga un fuerte lazo con su madre. Podrá decir que no es tan dependiente de su madre, y que, por ejemplo, nos explica que sus fines de semana se dedica a escalar montañas y peñascos en lugar de pasar tiempo con su madre. Pero no se necesita ser un experto en psicología para darse cuenta que la montaña representa a la madre.

    Otro ejemplo interesante es la observación que hice entre los skydivers. Fue casi cuando estábamos cerca del sitio de donde se tiran que los deportistas compararon a su afición con su actividad sexual, y hasta parecían sentirlo así. Un skydiver me dijo que cambiaría su deporte por el sexo, la compañía de skydiveing tenía camisetas con la leenda “tenga un aire-gasmo”. Lo más parecido que tienen a un orgasmo es ese ligero vacío en la parte abdominal inferior y en la zona pélvica que tienen mientras caen, bastante similar a lo que uno siente cuando está “llegando” al orgasmo. Es éstta sensación la que busca todo skydiver. Si eso es lo más cerca que han estado al orgasmo, están reprimiendo una fuerza importante, considerando que el orgasmo tiene una intensidad que llega a cotas mucho más altas.

    Los dos ejemplos que he dado pueden sugerirnos que el cuerpo puede mostrar señales que son muy difíciles de interpretar. Puede que sea cierto, pero depende del modelo que se use. Por lo que he visto, la materia viviente no es tan compleja; suelo comparar humanos con dos modelos de sistema con los que trabajé durante mis años de universidad. No entraré en detalles, bastará con decir que ambos modelos intentan perfilar un mismo sistema dinámico. Uno de estos modelos podría compararse a un cuerpo humano con un cerebro que, al estar separado del cuerpo, controlara el cuerpo en sí. El otro modelo es similar al anterior, incluiría un camino de retroalimentación que iría del cuerpo al cerebro. En éste modelo, si el cerebro controla al cuerpo, el cuerpo reacciona a éste, y modificaría el cerebro según. Así mismo, si el cuerpo recibe otro estímulo, el cuerpo, y por extensión, el cerebro, reaccionarían y modificarían sus acciones según sea el estímulo. (Si el camino de retroalimentación en el modelo de “retroacción” [feedback] se “avería”, el modelo pasaría a ser uno de “abreacción” [feedforward] Según se mire, el primer sistema equivaldría a la visión tradicional de que el cuerpo es materia, mala, y que debe ser controlada. El segundo modelo plantea que el cuerpo (excluyendo el cerebro) tiene dos papeles; el objeto que desempeña una labor especificada por el cerebro (como en el primer modelo) y es el encargado de determinar los factores para las decisiones del cerebro. En este caso, el factor más importante es que tanto el cuerpo como el cerebro conforman una unidad, o las consecuencias para el sistema en sí pueden ser bastante severas. La estructura del segundo modelo es la misma que describe Antonio Damasio en su ensayo, ‘El Error de Descartes’, donde prueba, con evidencia clínica, que si una estructura particular en una persona es destruida —bien sea por daño cerebral o no— el resultado es la locura.

    Esencialmente, cualquier modelo de retroacción plantea que sus acciones volverán a éste. Desafortunadamente, ésta forma de pensar, al igual que otras verdades, ha sido deformada por las enseñanzas cristianas hasta el punto de quedar irreconocibles. En cierto momento el Cristianismo enseñaba que uno habría de pagar por sus ‘pecados’ morales; hoy en día esta noción está bastante disipada. Sin embargo, su mitología sostiene hoy en día que jesús murió por todos sus pecados, y así los redimió. En consecuencia, al ser relevados de la tarea de ser sus propios redentores, ya no necesitan asumir la responsabilidad de sus propias acciones, ya que tienen asegurada la retención.

    Sin embargo, el que los dos modelos describan la percepción Cristianizada y la estructura correcta del cuerpo humano, respectivamente, no es particularmente relevante. Lo que sí resulta interesante es que desde un punto de perspectiva de ingeniería, el primer modelo es casi siempre computacionalmente demandante, ya que requiere una cantidad enorme de parámetros que el cerebro debe conocer, para poder controlar el cuerpo de manera apropiada. En contraste, en el segundo modelo sólo sería necesario conocer unos cuantos parámetros, ya que el cuerpo se estabiliza sólo si se le es permitido transmitir información al cerebro. (Por ejemplo, el primer modelo puede necesitarse para computar la temperatura de un sistema utilizando fórmulas no triviales, mientras que el segundo modelo sólo necesitaría asimilar en su sistema el valor de un termómetro. El primer modelo no podría utilizar un termómetro como parte de un enlace de retroalimentación, debido a que el termómetro no puede ser aislado del sistema, esto implicaría que el cuerpo fue aceptado como una sustancia válida y estable que pudo transmitir información valiosa)

    Aplicar los mismos modelos a los seres humanos —o cualquier organismo viviente— es posible, sin duda alguna. Los esquemas de Antonio Damasio sobre la interacción entre el cerebro humano y el cuerpo son casi idénticas a las que yo solía utilizar en la universidad cuando describía los sistemas eléctricos. El modelo de Damasio aún necesita perfeccionarse; por ejemplo, le falta cuantificar la interacción en términos de cantidad de hormonas, etc. El modelo de retroalimentación es considerado difícil de investigar; además del requisito de que todos los valores sean descritos estadísticamente para así poder obtener un modelo general, los algoritmos matemáticos con una memoria inherente —causada por la retroacción— pueden ser bastante engañosos. Como mencioné, el sistema de retroalimentación puede servir de modelo para un sistema real utilizando mucho menos parámetros que el otro sistema. Damasio sugiere que a un conjunto de parámetros se le denomine “marcadores somáticos.” Algunos parámetros son conocidos, pero aún quedarían por cuantificar: por ejemplo, el hambre y el dolor; entre otros hecho que aún no han sido del todo aceptados, como el descubrimiento de Freud de que desarrollamos sensaciones genitales en nuestra primera infancia —que bien podría ser o no ser cuantificable con los marcadores somáticos. Con nuestro conocimiento actual, podemos concluir que una persona ha desarrollado una personalidad agresiva debido a un trastorno sexual que sufrió de niño, y podríamos ser capaces de aislar el incidente. Sin embargo, en el presente, aún nos encontramos en el proceso de determinar los puntos focales que determinan la personalidad de un individuo.

    De esta manera, mientras estamos casi en el punto cero, en lo que concierne a modelar a los seres humanos como sistemas de retroalimentación, como lo hace Damasio, el otro sistema, que es el inculcado por el dogma Cristiano, comprende un vasto número de variables que son interdependientes entre sí y de múltiples niveles. La complejidad de éste modelo de seres humanos, sería incalculable y más allá de la comprensión humana(!). Para una mente sencilla, una complejidad tan inmensa trascendería hasta convertirse en misticismo y en teorías que una deidad mezcló con genes de simio para poder crear un ser dotado con “inteligencia divina.” Resulta interesante notar que cuando un sistema sencillo de retroalimentación está diseñado utilizandoun modelo de feedforward y éste modelo presenta un elevado grado de complejidad, casi siempre suele ser una señal de que el sistema de retrolimentación está al borde de la inestabilidad!

    Vale la pena anotar que en algunos casos es necesario ejercer cierto control sobre un cuerpo. Ya que el cuerpo posee una cantidad de inercia, se requiere de cierta cantidad de estrés, posibilitando un cambio más rápido. Por ejemplo, si hay un peligro inminente y el cuerpo lo siente, el cerebro impone cierta cantidad de adrenalina en el torrente sanguíneo para poder tensionar el cuerpo. En una escala mayor, por ejemplo, en términos de producción, la mayoría de productos nuevos tendrán una fase de prueba inicial, durante la cual no es posible determinar si un producto es bueno, o tiene alguna falla. Bajo un régimen comunista, el problema se resuelve con un plan quinquenal. Personalmente, disfrutaría de eso ya que el promedio de vida de un ordenador personal es un poco más de dos años.

    Otra concepción del ser humano como una estructura fundamentalmente sencilla ha sido sugerida por varios estudiantes de geometría fractal. Un ejemplo interesante es una figura fractal que se asemeje a una forma particular de hoja de helecho. (No recuerdo qué tipo de helecho.) Para generar esta figura, se imprimen ciertos puntos, siguiendo algunos parámetros de los cuales se elige uno para ser utilizado repetidamente —por ejemplo, uno de ésos parámetros puede indicar que rotes en el sentido de las manecillas del reloj el sitio donde poner el punto unos 45 grados— basándose en una elección al azar. Existen algoitmos smilares; por ejemplo, algoritmos que describen figuras parecidas a árboles, etc). El algoritmo del helecho produce una figura que, cuando le fue presentada a un botánico, hizo que el botánico exclamase que en verdad era una imagen de un helecho. Se ha sugerido que las estructuras genéticas pueden tener parámetros parecidos a los de las estructuras fractales; es decir, seres humanos, y otras plantas y animales. Hay otros aspectos interesantes de la geometría fractal, el más importante de los cuales es tal vez el hecho que los fractales exhiben cierta similaridad: no importa qué tan cerca o qué tan lejos estés de una figura fractal, mantiene la misma estructura. En este sentido, un fractal es la expresión matemática de lo infinito en lo finito, y viceversa.

    La moraleja de lo anterior es que el animal humano ha escogido un modelo para describirse un modelo que necesita una descripción mucho más compleja de la necesaria, si se hubise escogido un modelo diferente. Donde un modelo puede llevarnos a la conclusión de que somos los seres más inteligentes (obviamente, según nuestra propia definición de inteligencia) sobre la Tierra, el otro modelo puede explicar que lo que consideramos “inteligencia divina” no es más que otra palabra para decir que somos particularmente proclives a la inestabilidad a nivel biológico.

    No importa cuál sea el modelo, es con nuestros cuerpos donde llevamos a cabo los actos que son necesarios para nuestra auto-conservación —es decir, actos de existencia vital. Un comediante, y ahora político danés, Jakob Haugaard, demandaba ocho horas de tiempo libre, ocho horas de sueño, y ocho horas de trabajo al día, como parte de su programa político. Sin embargo, tal como está conformada nuestra sociedad, ésa no sería una solución estable. En las sociedades contemporáneas, tanto de Oriente como de Occidente, tal vez la actividad que consume más tiempo sea el trabajo. Si bien el sexo es importante, el sexo no es comparable al trabajo ya que, a diferencia de éste, el cuerpo ejecuta la actividad sexual por sí mismo, y sin que uno lo desee conscientemente. Por otro lado, el trabajo es una faena la cual uno preferiría vivir sin ella. Cabe anotar que en un trabajo trivial, el cuerpo a veces tiende a “hacerlo por sí mismo” pero a diferencia del sexo, no puede hacerse sin algo de práctica, y ciertamente sin el mismo gozo. Además, el sexo consume mucho menos tiempo que el trabajo. Si el trabajo es o no una actividad natural para el animal humano, resulta irrelevante para esta discusión —el hecho es que el trabajo es una actividad que consume la mayor parte de nuestra vida consciente. Por ende, debería dársele más atención a cómo modela nuestras vidas. Algo de lo que viene a continuación es tratado por Wilhem Reich en “La Psicología de Masas del Fascismo”

    Nuestros pensamientos son el resultado de las reacciones químicas en nuestro cuerpo y en nuestra estructura física. Cuando algún evento acciona el pensamiento de, digamos, una silla, la imagen de una silla se forma literalmente en nuestros cerebros —no de madera o plástico, sino como una estructura de neuronas interconectadas. A primera vista, la imagen será borrosa, pero debido al sistema de retroalimentación, o a la interconexión, del cuerpo y el cerebro humanos, la imagen se refuerza a sí misma debido a las asociaciones de la vista, el sonido, y la sensación de una silla que el cuerpo conoce a nivel carnal. En resumen, mientras pensamos en algo, el cuerpo reacciona como un todo sobre sí mismo, como resultado de sus pensamientos. Como señalé anteriormente, nuestra existencia vital es afectada por nuestro cuerpo, pero ya que nuestros pensamientos afectan nuestro cuerpo, afectan también nuestro trabajo y nuestros actos. Todo lo que somos, hacemos, y pensamos influenciará nuestro trabajo; por lo tanto, una ideología también influenciará nuestra existencia vital. Los pensamientos, filsofías e ideologías pueden por tanto ser consideradas como una fuerza material, ya que los pensamientos se manifestarían materialmente. Según este punto de vista, las ideologías de los trabajadores determinan tanto la calidad como la cantidad del trabajo que desempeñen. Lo opuesto también es verdad; nuestro trabajo influencia nuestros pensamientos y de allí que el trabajo cree ideologías. La realidad materialista modifica al trabajador, y en consecuencia, (y en el mismo orden, a menos que uno sea de los que dice que las personas nacen con ideologías) su ideología va variando según cuál sea su trabajo. Con esta interacción entre trabajo e ideología, el trabajador implementará su ideología a través de su trabajo y afecta a sus compañeros de trabajo. Resumiendo, a través de nuestro trabajo, creamos ideologías; y basándonos en nuestra ideología, nos modificamos a nosotros mismos; y al modificarnos a nosotros mismos, influimos en cómo trabajamos. Es una dependencia circular, pero no necesariamente es un círculo vicioso. Sin embargo, si uno de los enlaces en el círculo está dañado, afecta al sistema entero.

    De esta manera, es de vital importancia para una persona el tener una ocupación que le de cierta postura de importancia, pero que sea importancia de verdad, no una quimera como pueden ser los títulos que puedan darle algunas organizaciones religiosas o sociales. La ocupación que tenga bien puede no ser una que sea altamente estimada por los parámetros de la burguesía. Por ejemplo, consideren la foto, muchas veces vista, del minero soviético en una mina de carbón que despedazó dios sabe cuántas toneladas de carbón en un solo día. En Occidente, este ejemplo se utilizó como una muestra aterradora de lo que exigía de sus trabajadores el sistema Soviético; tuvo por tanto un efecto reconfortante en los trabajadores Occidentales, quienes, en su situación actual, fueron engañados e inducidos a creer que en ésa la sociedad con la que de otra manera estarían soñando, serían explotados aún más. En realidad, y sin la propaganda Occidental, la foto del sonriente minero transmitía a otros mineros el hecho de que él había alcanzado una marca tan maravillosa que se necesiaría de otro minero para igualarla. Los mineros se daban cuenta que eran capaces de cosas de las que nadie más podía lograr. Además, los mineros se enorgullecían de su trabajo, y se daban cuenta de su verdadera importancia para la sociedad. Sin embargo, los trabajadores laboran para la sociedad únicamente en un nivel secundario —trabajan principalmente para ganarse el sustento.

    Trabajadores que se identifican con sus trabajos; trabajadores que reconocen el hecho de que el trabajo que realizan es vital, no sólo para su propia existencia, sino para la existencia de la sociedad de la que son parte; trabajadores que son conscientes de sus habilidades; trabajadores que se identifican con su trabajo, y trabajadores que se identifican con otros trabajadores a nivel internacional: cada uno de estos trabajadores es el dueño absoluto de su importancia y no necesita una autoridad superior como defensa o justificación de su existencia. Cada uno de ellos es su propio Führer. El fascismo, que necesita del liderazgo de una supuesta élite cuyas acciones no pueden ser cuestionadas, es imposible cuando cada persona es su propia élite.

    A la inversa, los trabajadores que no sienten importancia alguna explicarán su existencia como el acto de misericordia de una persona cuya existencia está justificada por el hecho de que, por ejemplo, él (porque siempre es un hombre) es el dueño de la fábrica donde está empleado. De esta manera, los trabajadores no trabajan para ellos mismos sino para alguien más. Literalmente se han convertido en esclavos, propiedad de un ser superior, y lo sienten. De ésta manera, los trabajadores sienten que sus vidas no tienen justificación; pero esto les causa frustración, ya que no obstante están vivos. Buscan una manera de dar sentido a sus vidas. Sin embargo, la única manera que conocen para justificar sus vidas es a la cual han asociado a su patrón y a los de su clase – la burguesía, quienes son auto-empleados y no parecen ser esclavos. Por lo tanto, los trabajadores sólo tienen una opción: proveerse la isma justificación que le dan a la burguesía. Los trabajadores intentan volverse como la burguesía, quienes, para los trabajadores, existen como una élite externa (casi como dioses paganos), y lo único que logran con ello es sentar las bases para el fascismo.

    Debería ser obvio que un estado que no ofrezca (o permita) trabajopara todos tendrá resultados devastadores en aquellos individuos a los que no les está permitido trabajar, ya que estos individuos estarían viviendo de la caridad de otros. Y si una persona es incapaz de trabajar, el dejarlo en su puesto de trabajo endrá sobre sus compañeros de trabajo el efecto opuesto al del hábil minero ruso. Las ventajas de una sociedad comunista son bastante claros.

    Uno de los puntos clave en otro de los libros de Wilhem Reich, ‘Escucha, Hombrecito!’, es que fuera de lo ordinario, la tendencia que tiene el ‘hombrecito’ de crear ‘dioses de imbéciles’ —Gods of Assholes— (como lo señaló el Dr. LaVey en The Cloven Hoof, #129), todo gran hombre tiene un hombrecito dentro de sí. El prerrequisito de convertirse en un gran hombre yace en la capacidad de reconocer el hombrecito que hay dentro de uno mismo. Cuando se lee “Escucha, hombrecito!” resulta muy tentador para la persona del común considerar al hombrecito como un subhumano; y al hacerlo, el lector evita enfrentarse al hecho de que él mismo es un hombrecito.

    Como los obreros no son burgueses, pueden darse la sensación de que lo son al adoptar el mismo etilo de vida de la burguesía. Empiezan amoblando sus hogares según los parámetros burgueses y cuando salen se visten bien. Hace muchos años vi un ejemplo bastante notable de todo esto, cuando aún estaba en el colegio: nuestra clase fue llevada a Rømø, una isla situada al suroeste de de la costa Danesa. La tarea era observar las antiguas casas que habían sido convertidas en museo. Alguien notó que las camas eran bastante pequeñas y le preguntó a nuestro profesor si en aquel entonces la gente era así de pequeña. Nuestro profesor explicó que en aquellos dias la moda de la alta burguesía incluía peinados barrocos que tardaban horas o días en terminarse y por este motivo era necesario que para proteger sus peinados la gente durmiese sentada en la cama. Las personas no eran más pequeñas que hoy en día —no mucho— sino que habían adoptado el uso de camas pequeñas como otra corriente de la moda. (No podían costearse los peinados.) Si bien todo lo demás en la casa estaba diseñado para propósitos prácticos, las camas —donde tienes sexo— eran copiadas del amoblado burgués! En general, el estilo de vida burgués se había extendido en todas estas casas y en sus actividades cotidianas, en un intento de indentificase con la burguesía. (Para la tendencia actual en el estilo de vida burgués, consultar cualquier magazín de moda que caiga en tus manos.) Por tanto es difícil dilucidar la razón por la cual los trabajadores se sienten inferiores, pero el hecho de que el dormitorio sea uno de los primeros lugares que intentaron copiar según el estilo de vida burgués nos indica que la relación amo/esclavo que sentían tenía una importancia sexual, al menos para ellos.

    Los trabajadores no se transforman de trabajadores a burgueses tan solo con adoptar un estilo de vida burgués. No recuerdo si Wilhem Reich también discute en “Escucha, Hombrecito!” el hecho de que para ser un gran hombre, uno no debe negar del todo su identidad anterior. Muchas veces, entre la gente que se une a la Church of Satan hay quienes declaran que quieren escapar de la influencia Cristiana que les ha sido impuesta (y que por ende se ha hecho parte de ellos). Sin embargo, Nuestros pensamientos, aunque hayan sido más o menos distorsionados, son una parte física de nosotros mismos. El quere escapar de los propios pensamientos es por tanto un deseo de escapar de nuestro propio ser y es un indicio de una división entre cuerpo y mente. Aún más, no es posible escapar de uno mismo: lo que una vez fue ya no es y nunca podrá serlo de nuevo (una vez que te haces un adulto, ya no puedes volver a ser niño), sin embargo lo que fue no puede ser destruido completamente (aún sigues llevando tu infancia contigo, y si pudieses destruir tu infancia, et destruirías a tí mismo.) No es necesario decir que tampoco puedes destruir una parte de lo que alguna vez fue. El huir del Cristianismo no sólo NO es posible, sino que el deseo de hacerlo implica que hay una parte física de uno mismo que uno no acepta. Leyendo “Escucha, Hombrecito!” y considerando al “hombrecito” como un quelipot —klippoth— uno evade, convenientemente, enfrentar la posibilidad de ser uno mismo un hombrecito. (Es decir, a menos que uno también se considere a sí mismo un “quelipoth”.) Por lo tanto, no es sorprendente ver a la msima gente explicar que la razón por la cual se unieron a la CoS es que su membresía les permite identificarse con los “listos” y los “fuertes”. (No es coincidencia que muchas personas se sientan seguras en compañ{ia de quienes consideran “imperfectos”. Un ejemplo de lo anterior es la secretaria con la ropa interior manchada que el Doc (LaVey) describe en “The Satanic Witch.” Así mismo, muchas veces es conveniente hacerse el estúpido, especialmente para fines manipulaticos. Sin embargo, atreverse a ser imperfecto o estúpido puede ser difícil a menos que uno tenga autoconfianza.

    De maner similar, cuando los asprantes a burgueses —en el original “wannabe bourgeois”— ven otros que no viven como burgueses, se fortalece su ilusión de que ellos (moralmente) pertenecen a la clase burguesa. Y sienten cierta grandiosidad especialmente cuando pueden predicarles a otros, a gente “inferior” sobre sus más “finos” y “selectos” gustos. Por ejemplo, pueden explicarle a otros Satanistas cuán común resulta que los neo-Satanistas puedan elevarse a la más alta posición de “Satanistas” cuando se dan cuenta del buen sabor de los vinos más finos, como lo haría cualquier enólogo o connosieur.

    Con el transcurrir del tiempo, los hogares de trabajadores se llenaban de ,ás y más parámetros burgueses. Sin embargo, los trabajadores, al no ser burgueses, no reolvían la contradicción que había entre sus sentimientos de inferioridad en su trabajo y su recién adquirido glamour. Mientras los trabajadores adopten más y más elementos del estilo de vida burgués, la contradicción entre su valía social y su deseo de valía queda sin resolver, a menos que los trabajadores sientan, junto con sus posesiones materiales incrementadas, su importancia como trabajadores.

    El partido social demócrata Danés fue fundado originalmente para darle poder político a los trabajadores or medio de sindicatos de trabajo. Cuando se fundó el partido, la situación de los obreros Daneses era miserable, y los sindicatos de trabajo sí eran necesarios. Pero, como bien lo dice Ragnar Redbeard (Jack London?) en “Might Is Right”: “Las teorías e ideales y constituciones, que para nuestros ancestros pudieron significar vida y esperanza y libertad, para nosotros pueden ser muerte, destrucción, esclavitud y deshonor”. Ciertamente, los socialdemócratas Daneses hicieron casi lo imposible para elevar a los trabajadores de una posición abyecta a un estándar de vida comparable al de la pequeña burguesía, pero el tiro les salió por la culata: los socialdemócratas hicieron posible que cada trabajador consiguiera más y más glamour burgués, pero sin un incremento paralelo en su sensación de identidad como trabajadores. De esta manera, aumentó la contradicción entre la identidad de los trabajadores y el ideal burgués, y el pobre cachorro maltratado se convirtió en Fenris.

    Esencialmente, estoy diciendo algo que debe ser obvio: que el sentimiento fascista entre los trabajadores se incrementa cuando los trabajadores optan por el fascismo. El fascismo no surge con Hitlers y otros dictadores fascistas de la misma ralea; éstos son más que nada blanco fácil para servir de chivos expiatorios. Lo que tal vez no sea onvio es que la opción de los trabajadores por el fascismo se da cuando estos adoptan el estilo de vida de la burguesía, con camas king(!)-size y vinos selectos. Empero, la satisfacción de estas “necesidades” materiales no es otra cosa que magia menor.

    En “La Función del Orgasmo,” Wilhem Reich notó que los pacientes curados, que se daban cuenta de su propia importancia para sus propias vidas, tendían a desarrollar una moral que no era ni “buena” según los parámetros sociales, ni “mala”. Aparentemente Wilhem Reich fue incapaz de explicar porqué se desarrollaba esta moral (carnal), pero la halló idéntica a la mral presente en las sociedades matriarcales, más equilibradas y pacíficas. Reich concluyó que si el nuevo estilo de vida era causado eliminando sus frustraciones sexuales, la solución para los problemas de la sociedad sería una revolución sexual.

    A la luz de lo anterior, No creo que la respuesta sea tan difícil. En la explicación que di de los trabajadores que se convierten en sus propios “Führers,” sustituyan la palabra führer por dios. El ser el dios de uno mismo, uno es el amo y señor de su propio éxito, pero también se es el amo de su propio fracaso. En estos conceptos opuestos se hallan los dos opuestos Dios y Diablo, y el convertirse en su propio dios, uno se convierte también en su propio diablo. Estas auto-deidades opuestas son, por supuesto, una y la misma, así que para resolver la contradicción existente entre ellos, hallamos una solución que no es la unión de los opuestos; de otra manera no resolveríamos dicha contradicción. Así mismo, la nueva moral del paciente sería, por necesidad, incompatible con su perspectiva moral anterior.

    Como demostró Freud, la psique de una persona se determina, principalmente, durante su infancia, con una fuerte tendencia a la sexualidad del niño, ya sea o no que ésta se desarrolle naturalmente. ¿Qué, entonces, ha de esperarse de un niño que sea criado en una familia autoritaria? Como mis padres han observado repetidamente (con algunas excepciones) en su condición de profesores, es que los hijos se vuelven exactamente como sus padres —aún cuando el niño pueda ver claramente que sus padres se comportan de manera equivocada.

    Notamos que una sociedad fascista se basa únicamente en el respeto de las masas por la autoridad. La estructura familiar ideal para procrear fascistas es la de una familia estrictamente autoritaria, en la cual los hijos se forman con un respeto “natural” por el padre y, a medida que crecen, extienden su respeto y obediencia incuestionables a otras autoridades en la sociedad, a la vez que pasan dicha ideología a sus hijos. Algunos exhiben una reacción totalmente opuesta, pero no escapan al problema original. Muchas veces vemos a grupos de izquierda haciendo el papel de la mano derecha de los fascistas, viviendo y comportándose a imagen y semejanza de la imagen que los fascistas han creado de “rebeldes” e “indómitos”. Toda vez que estos miembros de la izquierda son confrontados con la policía, el clero, los pol´ticos, u otra figura de autoridad, asumen su rol de “niños indisciplinados” forzando así a sus oponentes a asumir sus roles de “autoridad”. Eventualmente, las personas a las que consideran autoridades se convertirán en autoridades de verdad que a su vez obligarán a los “niños indisciplinados” a seguir en su rol. Se ha formado una simbiosis, y es una simbiosis que, notablemente, abre paso al fascismo.

    Aún si una familia tiene el poder mental de darse cuenta de su estructura fascista y reorganizarse a sí misma por completo, puede que el daño ya esté hecho, aún antes de la concepción de sus hijos: los trastornos mentales como la esquizofrenia y la maníaco-depresión son hereditarias.

    Una sociedad fascista necesita una familia fuerte, donde el fascismo pueda crecer abiertamente. Por ende, se hace mucho hincapié en los así llamados valores familiares, especialmente los valores familiares que dictan que el padre, cabeza de familia, siempre tiene la razón, siempre hace lo correcto, o lo que es más conveniente (hay un cuento de Hans Christian Andersen llamado “Lo Que Hace Papá Siempre Está Bien”), que su esclava femenina (en otras palabras, su esposa) permanece casta y sucumbe a la voluntad de su amo. en el ensayo de Karl McKinnon sobre la pornografía y el romanticismo, decía (sobre la subcultura sadomasoquista —S&M) que “este es un mensaje algo viejo, pero actualizado, para las mujeres: ‘es tu destino, tu naturaleza, la de someterte y disfrutar de la sumisión. Eres la esclava de tu amor y tu amo tiene el derecho de hacert cualquier cosa que quiera. Le das ese derecho, porque tu experiencia del gozo y la autosatisfacción reside en renunciar a tu poder, tu identidad y tu voluntad. Si él quiere darte dolor, disfrutarás ese dolor, porque tu voluntad es su voluntad!’” En la familia fascista, la mujer debía permanecer asexual. Si la mujer tenía libertad sexual, no aceptaría como compañero a un hombre autoritario que, —en palabras de Tani Jantsang— “no sepa follar” y buscará su indulgencia en otro lado. Recordemos la Primera Declaración Satánica… Satán representa indulgencia, en vez de abstinencia. Al buscar la complacencia personal, el fascismo se hace imposible.

    De otro lado, se me ocurre que en el núcleo de la familia autoritaria también yace la razón del interés de los hombres por la pornografía infantil, pero es más que todo una secuela de que las mujeres hayan ganado más libertades y por tanto sigue vinculado, aunque en segundo plano, a la estrcutura de la familia autoritaria. Los hombres, educados para ser pequeños fascistas, hallan increíblemente difícil vivr según los parámetros autoritarios que se les exige tomar en la familia patriarcal. El ensayo de Karl McKinnon, que también analiza esta tendencia de la pornografía durante este siglo, nos muestra cómo la libertad femenina causa una reacción contraria por parte del hombre, que hace que la sumisión femenina pornográfica sea más y más violenta. Si los hombres no pueden obligar a las mujeres a que se sometan, los niños pueden ser obligados más fácilmente a que respeten al hombre abusador como autoridad. Una rápida búsqueda en los grupos de noticias de USENET que ofrecen pornografía infantil respalda esta suposición: muy comuines son las alusiones a las fotos de “la colegiala y el director” y muchas veces encontramos a las daddy’s naughty little girls

    Al darnos cuenta que los valores familiares juegan un papel importante —si no el más importante— en mantener una sociedad fascista, es cuando entendemos porqué los partidos politicos de derecha son tan específicos al incluir los valores familiares en sus programas políticos. Escuchamos una y otra vez que los políticos de derecha declaran que la santidad de la familia es de la mayor importancia y que los valores familiares deben permanecer intactos. Si se negara dicha estructura familiar, el sentimiento fascista de las masas disminuiría, ya que el terreno para la ideología fascista sería estéril.

    Cuando mis propios padres observaron cómo los hijos se vuelven como sus padres, también hicieron otra observación bastante interesante: la tendencia de los hijos a imitar a sus padres se da especialmente en familias donde los niños se sentían inseguros (ej; porque el padre golpeaba a la madre, abusaba sexualmente de los hijos, etc.). En cambio, en familias donde los hijos se sentían seguros, éstos generalmente teminaban rechazando los valores familiares tradicionales, dejando a sus padres quejándose de que el niño nunca escribió ni volvió al “hogar”. Los niños que son criados en familias con un padre estricto y autoritario se acostumbran a que el padre asuma todas las responsabilidades. A medida que los niños se hacen adultos, se sienten desvalidos sin el padre y extrapolarán la imagen de su padre a cualquier figura autoritaria que pueda darles protección. Cuán a menudo no escuchamos a alguien asegurándose a sí mismo que su líder político, su párroco, su pastor, o su patrón debería tomar las decisiones, porque, “después de todo, él sabe lo que es mas conveniente”? No es sorprendente que las personas que están acostumbradas a que las autoridades tomen sus decisiones, no asumen mucha responsabilidad sobre sus propias acciones. De hecho, tan pronto como esas autoridades desaparecen, suelen quedar estupefactos.

    Que los valores familiares se imponen en Dinamarca debería ser obvio, a pesar del rótulo de “liberación sexual” que tradicionalmente se ha atribuido a Dinamarca desde la década de 1960. Un extranjero que visite Dinamarca notaría cómo en los barrios residenciales casi todas las casas tienen barricadas de matorralesen derredor, casi siempre setos de espinos. Mi padre, con algo de auto-ironía, se refería a esta mentalidad de suburbio como “fascismo de espinos”. (Nuestra familia tenía una de las ‘barricadas’ más impresionantes del pueblo.) Es en estos hogares, tras estos setos de espinos, donde los valores familiares son mantenidos zelosamente —por aquello del ‘celo’ de los ‘zelotes’. Las fantasías (sexuales) más elaboradas de los cazadores de brujas Cristianos, sobre “granjas de procreación’ son nada comparadas con estas granjas de facto donde se procrean fascistas!

    En Dinamarca, los granjeros solían ubicarse en el ala derecha, al igual que los pequeños burgueses, como el tendero de la esquina y otras familias auto-empleadas. Es precisamente en estos negocios donde es vital que la familia permanezca unida, y es en estas familias donde la madre es esencial para la granja, o la tienda, haciendo las veces de esclava —literalmente hablando— del propietario. Así, en estos casos, los valores familiares fascistas están inherentes en el negocio familiar. Combinen esta observación con el hecho histórico de que las geurras y la religión comenzaron con la agricultura. No es coincidencia que el fascismo comenzase con la agricultura; y debido a al efecto de auto-mantenimiento de los valores familiares, la agricultura proveería terreno fértil para el fascismo. Sin embargo, si los granjeros trabajasen para granjas estatales y el tendero trabajase para una tienda que fuese propiedad del estado, el fascismo no sería un elemento inherente en estos negocios. Puede ser que los problemas nutricionales que llegaron como consecuencia de la agricultura sean de hehco de menor importancia que la misma cultura agrícola. De otro lado, los problemas nutricionales pudieron haber ocasionado que la población de esa sociedad, a nivel molecular, intracelular, se volviese inestable. Después de todo, vale la pena recordar que las doctrinas oscuras nos dicen que el quelipoth está hecho de “carne extraña”. Este documento fue escrito originalmente en Diciembre, cuando se celebra la tradición de la Navidad. Cabe anotar que en Dinamarca, la Navidad es por lo general un evento en el cual las familias se reúnen para lllevar a cabo una hygge danesa —hygge es una palabra de la cual los daneses se enorgullecen de que no tiene traducción en ningún otro idioma. En mi traducción, significa la calidez de la luz de las velas en una habitación pequeña que está ligeramente sobrecalentada y con poco oxígeno. En Dinamarca, la Navidad es una tradición en la cual los valores familiares se sienten intensamente. Si uno investigase durante un par de años las encuestas de opinión pública en dicha época, no me sorprendería que en Diciembre encontrásemos cierto aumento de los simpatizantes de la derecha. Así mismo, uno notaría que la frecuencia de escándalos políticos en los partidos de derecha se intensifica en Diciembre, cuando los fascistas son más eufóricos.

    El incluir la Navidad me regresa a la aversión favorita de los Satanistas: el Cristianismo. como un realista extremo, uno puede sentirse inclinado a rechazar tal misticismo, de la misma manera como los partidos de izquierda han insistido en hacer. Sin embargo, esto sería una falacia: aunque los dioses y diablos no existen como entidades vivientes, ciertamente sí que existen en las mentes de las personas; y como ya indiqué, las mentes de las personas producen resultados materiales. Desde éste punto de vista, el Dios y el Diablo Cristianos SÍ existen, tal como lo hicieron sus predecesores. Después de todo, aunque la iglesia que queda al final de la calle haya sido construida en base al misticismo, tiene una existencia física. Como ya expliqué, las ideologías surgen del trabajo, y si el trabajo no le da al trabajador un sentimiento de importancia, el trabajador se identificará con alguien externo a él, dando como resultado la metafísica y el misticismo. En otras palabras, aún si nos basamos exclusivamente en el materialismo, estaremos obligados a incluir el misticismo, ya que el misticismo se manifiesta materialmente a sí mismo a la vez qe surge del materialismo.

    El Cristianismo es una herramienta perfecta para el fascismo, ya que incluye tanto al misticismo, como la represión sexual, los valores familiares fascistas, y, a gran escala, el fascismo —aún mayor que el que pueda ser obtenido por cualquier ser mortal; como por ejemplo el Dios Cristiano, quien, en la mitología Cristiana, siempre estará por encima de todo. Talvez esa es la razón por la cual muy pocas religiones tienen como dios a un humano, sino que presentan a sus líderes como representantes de autoridades superiores. La autoridad más alta que haya declarado cualquier dictador es la de haber sido elegido por Dios (en Dinamarca, se suponía que el rey tenía dicha cualidad; podemos hallar un residuo de esta creencia en la exigencia de que la cabeza de la familia real tiene que ser Cristiana.) Por alguna razón, el declarar que uno ha sido elegido por dios prece ser menos ridícula que el declarar ser un dios.

    Ya he explicado cómo las ideologías y la existencia vital se convierten, a la larga, en causa y efecto de cada cual. Con la fe cristiana, fue posible que los líderes fascistas (o feudales) subyugasen pueblos enteros prometiéndoles que aceptando la miseria en la Tierra, después de la muerte serían recibidos por ríos que manarían leche y miel. Por tanto, estos pueblos, buscando huir de la opresión, construyeron templos para su Dios, de modo que al morir se librasen de dicha opresión, sin saber que al construir sus altares, se ofrecían a sí mismos como víctimas de sacrificio paa los fascistas; el único efecto que tenían su fe y sus creencias era el de agravar su miseria. En cierto sentido, el Cristianismo es una de las puestas en práctica más exitosas de magia mayor que hemos visto hasta el momento. Hoy en día, el Cristianismo ha perdido mucho de su poder; LaVey escribía en su “Biblia Satánica” que el tiempo obra a nuestro favor (esto es, de los Satanistas.) El buen Doc tenía razón, pero en términos del Cristianismo, pero el Cristianismo no es más que una herramienta del fascismo. Con todo lo anterior, el aplicar, digamos, los principios libertarios “objetivistas” de Ayn Rand, no alteraría en absoluto el sentimiento fascista de las masas —es más, en una sociedad Randiana, uno estaría más propenso a sentirse insignificante, tratando así de convertirse en parte de la burguesía, que en las sociedades semi-fascistas de la actualidad. Parecería que el comunismo es de hecho la mejor solución. Sin embargo, el fascismo no cesaría de existir en el segundo que alguien imponga el comunismo a nivel mundial —o nacional, ni se desvanecería en la nada en el lapso de dos o tres generaciones. La gente criada bajo la opresión fascista aún sentiría necesidad de misticismo, y ése es un problema que necesita resolverse. Wilhem Reich propuso una revolución sexual en la cual las indulgencias personales tengan prioridad sobre los deberes hacia la autoridad. Indulgencia en vez de abstinencia, en fuerte oposición al fascismo, es también el principio fundamental de la Church of Satan, y del Satanismo.

    Publicación November 22, 2021
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