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    El Carlanco

    EL CARLANCO

    Gerardo Bloomerfield Juancito tenía apenas seis años. Era poco lo que sabia en la vida: sabía a que hora empezaba su programa preferido en la tele, sabía que su maestra de escuela no usaba “sutien”, sabía que cuando habia ruido en el cuarto de sus “papis” no era conveniente entrar y sabía que a la leche cruda, poniendole galletita picada y cuatro cucharadas de “vascolet” se la puede tomar… eso sí, de un “saque” y sin respirar demasiado. Sabía que se llamaba igual que su papá, que era hincha de Danubio un cuadro de fútbol distinto al que el quería aunque esto, el no lo supiera…!

    ¡Ah! Y sabía que al sótano era preferible no bajar… ¿Cómo por qué?… Porque ahí estaba “El Carlanco”… ¿Y quién o mejor dicho qué mierda es el famoso “Carlanco”? Bueno, eso si que Juancito no lo sabía muy bien… Pero se vé que era alguien o algo muy feo… Porque una vez atacó a su papá y lo hizo hasta gritar y todo… El lo había escuchado desde su cuarto que quedaba al lado del que tenía la entrada al sótano. Y después lo había visto pasar corriendo por el corredor hacia el baño, sució de polvo y agitado como cuando venía de trabajar en el taller… Su papá no lo había visto, no, porque supuestamente Juancito tenía que estar en lo de un amiguito a esa hora. Pero Juancito vino muy sigiloso a esconderse en su cuarto y a ver “aquello”… Sí lo otro que el sabía. Que su papá y la señora que lo cuidaba a él bajaban todos los días al sótano Realmente era un milagro que no les pasara nada allá abajo… Porque el sótano era muy peligroso ahora, no siempre lo había sido pero era muy peligroso desde que El Carlanco se había ido a vivir ahí. Su papá le dijo que el Carlanco tiene 27 brazos, todos muy finos y peludos, color marrón y que su sudor era como aceite de maiz, pero color negro.

    Ademas tiene una cabeza redonda que le ocupa casi todo el cuerpo, con dos dientes que usa (según le dijo su papá tambien) para morderle la cabeza a la gente. Su papá también le contó que el Carlanco vive en los sotanos, donde hay muchos papeles y basura, así no lo pueden encontrar… Todo esto se lo había contado justamente cuando Juancito se enteró que el Carlanco estaba viviendo en el sótano de su casa,que tenía la puerta de entrada en el corredor… Fue una tarde lluviosa.

    Mamá estaba trabajando en la fábrica como todos los días y papá vino a comer solo desde el taller. Ines, la señora que lo cuidaba estaba jugando con Juancito, era muy buena con él. Le dio dos chocolates para que se quedara en el cuarto. Y bajaron con papá al sótano. Cuando Papá se dió cuenta de que Juancito no se había quedado en el cuarto como había prometido y que los había visto se le acerco y le dijo: -Nené; no se te ocurra bajar al sótano por nada del mundo… -¿Por qué papá?… -Porque allá abajo está… “El Carlanco” -¿Y que es “El Carlanco”? -Ah… Un bicho muy, muy feo… pero ahora andá a jugar con tu amigo Carlitos que yo voy con Inés a ver si lo encontramos y lo matamos… Ah y no le vayas a decir a mamá que nos viste bajar a buscar al Carlanco mirá que sinó ella es capáz de bajar también y se la puede comer… A Juancito le dió mucho miedo. Escuchó a la señora Inés gritar y también a su papa, como si lucharan contra algo. Estuvo a punto de abrir la puerta del sotano y bajar el también… Pero se aguantó. Por miedo al Carlanco y miedo a que su papá le pegara sino le hacia caso. Se ve que lo habían encontrado y estaban luchando contra él… Cuando les escuchó caminar escaleras arriba, riendo corrió a esconderse en su cuarto,contento. Sin duda lo habían encontrado y lo habían matado… pero se ve que no era tan fácil matar a un Carlanco, ya que todos los días seguían bajando a luchar…

    Y papá siempre le decía lo mismo: que ni se le ocurriera bajar o contarle a mamá,porque sino a lo mejor al Carlanco se le antojaba comersela a ella también. Y Juancito no quería que a su mamá la comiera ese bicho… Pero a alguien se lo tenía que contar. Le había contado a su amigo Carlitos, un compañerito de clase, el hijo del vecino que en el sótano de su casa vivía “El Carlanco”, pero este no le creyó. Así que un día lo invitó a bajar a buscar en el sotano para que este viera que era verdad,que no le mentía. Se quedaron juntos, jugando en el cuarto de Juancito hasta que la señora Inés se fue a buscar la leche y el pan para hacerles la merienda… Hacía un par de horas ella ya había bajado con su papá a intentar matarlo… -Pero nunca pueden… -le contó Juancito a su amigo. Levantaron los dos con mucho cuidado la tapa del sótano.

    Abajo estaba completamente oscuro y a los dos les vino un miedo bárbaro. Pero Juancito le quería demostrar a Carlitos que no le mentía y que en el sótano de su casa vivía un bicho: así que con mucho cuidado fueron bajando la escalera,haciendo crujir los escalones de madera podrida… No se veía nada. Carlitos le había robado al papá una linterna, con esta alumbró para abajo… Lo unico que se veia era un colchon viejo que los papas de Juancito habían guardado hacia años solo que en lugar de estar arrollado como lo habían puesto originalmente estaba abierto en el piso con una sábana blanca por encima… -Mirá Carlitos… Ese colchón estaba guardado… Se ve que el Carlanco lo usa para dormir… Y con esta prueba irrefutable por supuesto que Carlitos quedó convencido. Además el olor a humedad los estaba matando por lo cual decidieron salir de una vez por todas del escondite. Pero está vez Juancito tenía un plan. Había que deshacerse de una vez por todas de ese Carlanco hijo de mil putas… Siempre se corría el peligro de que tuviera hijos y estos fueran a vivir a la casa de Carlitos su mejor amigo… Su papá nunca le había dicho que un Carlanco fuera capaz de tener hijos, pero… Por las dudas, Juancito decidió que lo mejor era matarlo… Tampoco le había dicho que durmiera en un colchon y sin embargo allí estaba la cama del carlanco tendida… Pero ahora que Juancito lo sabía le pondría una trampa ,así su papá no tendría que bajar todos los días a pelear contra él junto a la señora Ines, tan cansado como venía del taller… Juancito ya tenía todo planeado.

    Esa noche se levantó de su cama en puntitas de pies y fue despacito hasta la cocina mientras todos dormían. Tuvo especial cuidado al pasar por delante de la tapa del sótano en el corredor, no fuera cosa que El Carlanco se despertara y se enterara de su plan… Juancito agarró lo que precisaba para su trampa. Y al regresar a su cuarto con aquello en sus manos le dijo despacito al pasar: -Vos aprovechá ahora, que mañana se te termina, bicho inmundo… Y dicho y hecho: al otro día mientras Ines lavaba la ropa en la azotea, Juancito se armó de coraje y con mucho cuidado bajó al sótano una vez mas, pero esta vez con una caja de fósforos y solo ya que el papá de Carlitos había descubierto que le habían robado la linterna el día que habían bajado juntos y lo había puesto en penitencia sin poder salir por dos días. Había estado toda la mñana en la escuela pensando en la trampa. Era igual a una que había visto en una pelíucla una vez.No podía fallar. Además con lo que le había contado su papá mas otro poco que había investigado él mismo ya conocía lo suficiente al Carlanco como para elaborar un plan:

    Primero: de noche nunca hacía ruido es decir que dormía en el colchón ese que habían visto con Carlitos.

    Segundo:al mediodía luchaba con su papá y con la señora Ines, así que quedaría cansado y se escondería, por eso era que el día que descendieron con Carlitos no lo habían logrado ver… Así que tenia tiempo de bajar tranquilo y armarle la trampita.

    Primero prendió un fósforo para ubicar el colchón… Observó la sábana… estaba un poco manchada de sangre. Ese día Ines y su papá habían estado menos tiempo del habitual en el sótano porque según escuchó después ella estaba “enferma” y esto seguro que de tanto pelear con el Carlanco, supuso Juancito… Pero se vé que igual lo habían logrado herir y le había salido sangre… -Mas sangre te va a salir está noche bicho hijo de puta cuando te acuestes… -murmuró Juancito en voz baja. Corrió el colchón para un costado.Con el mismo cuchillo levanto un poco una baldosa del piso e hizo en la tierra un pequeño pozo. Despues agujereó el colchón… Y enterró el mango del cuchillo en el pocito,le amontonó trozos de la baldosa rota alrededor para que quedara firme y puso el colchon encima, haciendo coincidir el agujero que le había hecho con la punta que apuntaba hacía arriba desde el piso, amenazante… Todo esto bajo la luz de una vela que encontró.

    Le había quedado igual que la trampa que vio en aquella película donde unos presos le hacían lo mismo a uno de los guardias y estaba orgulloso por ello… Pero se apresuró a subir antes que Ines terminara de lavar la ropa… ¡Que sorpresa se iban a llevar ella y su papá al otro día cuando fueran a buscar al Carlanco y no lo encontraran! ¡Que contentos se iban a poner! ¡Ya no iban a tener que bajar mas a pelear con el!

    Durante la cena Juancito estaba radiante. Su mamá le preguntó: -¿Que te pasa Juancito que estas tan contento hoy? Pero Juancito no le contestó no sea cosa que el Carlanco escuchara y no se acostara en la trampa que le había preparado. -Nada mami,nada… Esa noche Juancito no se quería dormir.Quería escuchar el grito del Carlanco cuando se acostara. Quería asegurarse de haberlo matado…Pero por mas que se aguantó hasta que no pudo más no escuchó nada… Ni grito ni nada,y al final se durmió. ¿Se habría dado cuenta el Carlanco de su trampa? ¡Eso que el había tapado el cuchillo con la sábana!… No entendía. Le contó a Carlitos en la escuela… -Y bueno Juancito, luego te vas a enterar… Si tu papá cuando baje no lo encuentra o lo encuentra muerto es porque lo mataste. Sino lo vas a ver luchar como siempre o tal vez mas… Porque a lo mejor lo dejaste herido y está furioso. Ese mediodía Juancito tomó toda la sopa sin hacer problemas. Estaba ansioso por que su papá bajase al sótano con la señora Ines. -Papa… Dale quiero que bajen a buscar al Carlanco allá al sótano… - Su papa miró a la señora Ines y sonrió… -Yo tambien estoy deseando bajar Juancito… Pero dejame terminar de comer… Y los dos se volvieron a mirar y se rieron… ¡¡Ojala lo encontraran muerto!!… Juancito se fue al cuarto y esperó. Sintió las risas de su padre y las de la señora Ines. Decian “vamos a buscar al Carlanco”. Juancito pensaba que si, que debía estar muerto. No podía haber escapado de la trampa… Tenía que haber funcionado… Los escuchó bajar por la escalera… -Acá vamos nene… A buscar al Carlanco… Pero vos no vayas a venir, ¿eh? - escuchó la voz de su papá cada vez mas lejana mientras descendía. No lo iban a encontrar… Estaba muerto… Juancito estaba seguro… Escuchó crujir los escalones… Y un golpe. -Puta que lo parió… Me reventé la cabeza… Che Ines, voy a tener que poner una luz acá abajo sino… El Carlanco estaba muerto… Lo iban a ver muerto. Así pensaba Juancito si… Por unos minutos quedo todo en silencio. Seguró lo buscaban y no aparecia. ¡En el colchón papá, está muerto en el colchón! Escuchó como se reían… ¿Lo habrían encontrado ya y reian de que por fin estaba muerto? Seguro que era eso, seguro que su trampa había funcionado…

    Pero Juancito esuchó a continuación otra cosa… Ecuchó un grito y el resto el resto del barrio también. El grito era de la señora Ines… Y luego el de su padre. También escuchó los pasos de su padre subiendo apresuradamente los escalones y pidiendo auxilio… Juancito corrió al pasillo. Vió aparecer a su papá a traves de la tapa del sotano con el encendedor prendido en la mano, la camisa desabrochada y sujetándose los pantalones medios caidos tambien… Vio la mancha en su pecho, roja… Juancito lo supo… Lo supo antes que viniera el patrullero, antes que los señores de azul llevasen detenido a su papá mientras su mamá lo abrazaba llorando y diciendo “¿por qué?”… Juancito les gritaba que su papá era inocente, pero no lo escuchaban, no escuchaban la verdad… Tampoco los señores de blanco… El Carlanco no había muerto la noche anterior… Había descubierto la trampa… Juancito pudo comprobarlo… ¡El Carlanco estaba vivo aún! ¡Fue el quien había matado a la señora Ines, mordiéndole justo allí, en el corazón…!

    Publicación December 6, 2020
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