Y2K

—Tezcat—

¡El cielo cae sobre nuestras cabezas!

Los “últimos días” están aquí, pero ¿por quién dobla la campana? De la misma manera como dobló por el Nazareno hace tantos años, la campana del Infierno dobla hoy por el fin del Cristianismo. Los seguidores del dios-cadáver se reúnen al pie de la cruz, contando sus últimos días con miedo, mientras que por fuera persisten en su fachada de “paz”. Conjuran sus destinos tal como fue prescrito por los cronistas de antaño. “Y2K” o el año 2000, E.C. inspira temor en el populacho. Cada última década de milenio, tanto los cristianos como ‘otros’ salen de sus madrigueras con todas sus advertencias, dispersando la paranoia y recaudando esos fondos tan preciados para las arcas de sus iglesias.

Cómo esperan, a semejanza de fieles perros que esperan a su amo. ¿Qué harán cuando nada pase? Se irán disgustados e insatisfechos, o bien intentarán justificar sus mentiras con excusas como “…ya sabes, los caminos del Señor son misteriosos…” (traducción : “sin mi fe me muero, me hace sentir valioso. No puedo soportar la idea de pensar que tal vez dios no exista. Eso me dejaría sin papi que me diga qué hacer. Así que en lugar de negar su ‘existencia’, no puedo comenzar a percibir cómo sustentaría ‘sus’ promesas. Debe ser por mi propio bien. ‘Él’ sabe lo que está ‘haciendo’. —o bien— para los ‘científicos’ —ya hablaré de ellos más adelante— bueno, tal vez calculamos mal la fecha… tal vez el próximo milenio….) Hasta entonces, sigan viniendo a la Iglesia, confesen sus deseos y pensamientos más secretos que tanto me excitan, y paguen sus diezmos como buenos Cristianos que son”. El estupro de mente, cuerpo, emoción y voluntad. Pero los masoquistas lo necesitan. Ruegan por ello. “Mira, te cambio mi cerebro por un boleto al Cielo” —después de todo, ¿quién necesita cerebro cuando “dios” piensa por ti? (traducción: los lobos blancos predan el rebaño)

“Quo bono?” La explotación de la superstición no es nada nuevo. Es el antiguo método de hacer que la gente escrupulosa se sienta culpable y dependiente de ti, convirtiéndolas por tanto en esclavos, a semejanza del traficante de drogas. Creando esclavos que dejarán todo, siempre y cuando, por lo menos en este caso, les des órdenes de tanto en tanto. Sólo dáles algo de drama, una novela cósmica, y serán fieles adpetos.

Recuerda el caso de la calavera parlante de vidrio de la tradición Maya. Se creía que poseía propiedades sobrenaturales, y era considerada “la voz de los dioses”. Era guardada en un nicho sagrado, en el interior de una cueva, donde el pueblo pudiese ir y pedirle todo tipo de deseos, ya que supuestamente concedía “buena suerte”. Y ni sospechaban, que detrás de la calavera de cristal había un pequeño agujero que salía al otro lado de la pared de la caverna, donde un sacerdote Maya revelaría “la voluntad de los dioses”, a lo Mago de Oz. Y de hecho, en su creencia de dioses externos, muchas de esas personas entregarían a sus hijos para el sacrificio.

A propósito, el Calendario Maya señala el fin del mundo para el 2012. ¿A qué se debe todo el furor alrededor del año 2000?

Es un número dramático, que marca el “fin” de éste siglo. Es una noción romántica que nutre la mitología, la última arma del Cristianismo. ¿Qué pasará cuando el reloj llegue de la medianoche del 31 de Diciembre de 1999, c.e.? Nada. A excepción de que muchas personas abandonarán sus iglesias porque su “Dios” les abandonó. Muchos son los que buscan “pruebas” de que Dios existe, se desancantarán aún más con la fe ciega irracional y la hipocresía inherente de ésos dogmas. Muchos de ellos sienten que están perdiendo el tiempo, y que sus vidas se les escapan, y tienen toda la razón.

Mi consejo para aquellos cuyo “salvador” no aparezca en el año 2000, como le dije una mañana soleada a un cristoide insoportable en una biblioteca, es que se maten. Asegúrense de no quedar atrás con nosotros los Satanistas, que de una u otra forma, hace rato ya que heredamos la tierra. Nunca faltan los paranoicos que hacen invivible el fin de año, amontonándose como ratas, buscando hacerse con todos los suministros que puedan agarrar del supermercado, así que no sería mala idea si te aprovisionas convenientemente. Por ejemplo, como puede que hallan cortos de energía en las plantas eléctricas —debido al efecto del Y2K en los computadores— no sería mala idea comprar un mini-generador de energía para tener en casa, o bien una cantidad considerable de pilas para radios y linternas. Viéndolo bien, puede que halla un “Día Final”, pero NO como el mitológico. Cuando mucho, el “Día Final” no es más que una metáfora que marca la muerte del Cristianismo, y a su vez la muerte del ideal Nazareno. El año 2000 de la Era Común —un mito folclórico muy conocido. La Rueda de los Dioses sigue girando.